Historia del Tarot 3ra parte: El redescubrimiento de la verdadera naturaleza del Tarot de Marsella

Historia del Tarot 3ra parte: El redescubrimiento de la verdadera naturaleza del Tarot de Marsella

El redescubrimiento de la verdadera naturaleza del Tarot de Marsella, parecen apuntar hacia una elaboración independiente de las 78 cartas en el norte de Italia, conocida con el nombre de Baraja Veneciana, el Piamontés o Lombardy, compuesto por 22 triunfos (del italiano trionfi, o arcanos mayores) y cuatro series de palos: los Bastos, las Espadas, los Oros y las Copas, y cada serie compuesta por 10 cartas llamadas “numerales” y cuatro cartas llamas “figuras”. Este es el modelo de Tarot conocido como “de Marsella” (llamado así por la ciudad más antigua de Francia, establecida por los foceos, linaje griego hace más de 2600 años), cuyas características se transformaron en el estándar alrededor del siglo XV. Aunque parece haber evidencia que indica que el origen del Tarot como baraja de 78 cartas es italiano y que se remonta al siglo XV, la iconografía específica de los 22 arcanos mayores del Tarot de Marsella había aparecido muchos siglos antes a largo de toda Europa.

Por ejemplo, el arte estatuario romano (siglo XI - XII) y el gótico (siglo XII - XIV) aluden a aquellos arquetipos como el de XI LA FORCE 

(La Fuerza) en la catedral romana de Nivelles, Bélgica, y en la catedral gótica de Chartres, Francia; el de XVI LE MAISON DIEV (La Torre) 

 

encontrado en un bajo relieve en una catedral de Amiens, Francia; y aquel equivalente a XII LE PENDV (El Colgado)

 

 y al II de Oros encontrados en el convento abadía de Moissac, Francia. La primera referencia histórica definida en torno al juego de cartas procedería de la abadía de San Víctor en Marsella. El historiador francés Charles du Fresne Du Cange (1610 - 1688) encontró una mención específica sobre ello y cita un pasaje del estado de la abadía del año 1337 en relación a los juegos prohibidos por los monjes: “Quod nulla persona audeat nec praesumat ludere ad páginas nec ad eyssychum”: “Que nadie se atreva o se comprometa a jugar con dados, páginas, o ajedrez”. Du Cange explica la referencia a la palabra páginas como un “juego de cartas” o “juego de páginas”: Ludos ad páginas nostris. Sin embargo, el abad Rive, en su trabajo titulado Notices historiques et critiques de deux manuscrits de la bibliothèque de M. le Duc de la Valliere especifica: “Las cartas datan por lo menos del año 1330; y no es ni en Francia ni en Italia o Alemania en donde aparecen por primera vez. Las vemos en España alrededor de esa época, y mucho antes de que se encontrara cualquier rastro de ellas en otra nación”. Posteriormente, el abad Rive relata que la primera evidencia española que testifica esto proviene de alrededor del año 1332: “Estos eran los estados de una Orden de Caballería establecida en esa época, en donde las cartas eran prohibidas; esta Orden recibía el nombre de “Orden de la Banda”, establecida por Alfonso XI, Rey de Castilla.

Aquellos admitidos en esta Orden juraban no jugar a las cartas”. El abad agrega: “Las encontramos en Italia a fines del mismo siglo bajo el nombre de Naibi, en las crónicas de Giovan Morelli que datan del año 1393”. El nombre Naibi, del árabe naïb que significa visir, consejero o ministro de los musulmanes gobernantes (significado que certifica la relación entre el juego de cartas y el “gobierno del mundo”) advierte que el origen del juego de cartas españolas podría haber sido sarraceno.

En Italia, el 23 de marzo de 1375, un decreto de los priores de Florencia declara: “Señores Priores, deseosos por luchar por principios infames, han escuchado sobre cierto juego llamado naibbe que ha ganado terreno en esta región”. 

Este juego Naïb se había propagado tanto que : en marzo de 1376 un decreto establece que se recaudaría un impuesto. La crónica de Viterbo tomó nota de que en 1379 “un sarraceno llamado Hayl introdujo en Viterbo un juego de cartas” con la expresa mención de que las cartas tuvieron que haber venido desde el Oriente, donde debieron haber llegado por mar. Por otra parte, el Hermano Juan, un monje del siglo XIV de Brefeld en Suiza, escribió: “Cierto juego llamado “juego de cartas” ha llegado a nosotros en el año del Señor de 1377. Dentro de este juego se describe y se resuelve elocuentemente el estado del mundo como es hoy en día. Pero en relación a cuándo, dónde, y por quién fue inventado, me declaro totalmente ignorante”.  Seguramente usted como lector/a comprenderá la importancia de este LIBRO  tan antiguo y seguramente  jugar a las cartas ya no será lo mismo .