Julio Cortázar: De Latinoamérica para el mundo

Julio Cortázar: De Latinoamérica para el mundo

Por Rubén Omar Scollo

Dejar  plasmadas en pocas líneas la vida de tan rico personaje de las letras, es difícil pero no imposible. Todos quienes escribimos, solemos adoptar características de nuestros escritores leídos. Hace unos pocos meses para mi libro “Al sur del Edén”, utilicé luego del prólogo una reflexión de Cortázar combinada con unas líneas de mi autoría. “Un señor toma un tranvía después de comprar el diario y ponérselo bajo el brazo. Media hora más tarde desciende con el mismo diario bajo el mismo brazo. Pero ya no es el mismo diario, ahora es un montón de hojas impresas  que el señor abandonó en un banco de una plaza (…) De “El diario a diario” Julio Cortázar.

“Ya no se ven las luces del Riachuelo. En la otra orilla, recostada sobre el viejo puente de madera, una barcaza destrozada se balancea sobre las aguas oscuras. Un olor nauseabundo da muecas de una sociedad deprimente, viciada de valores que escasean (…). La primera narración plasmada refleja  dotes de un escritor realista como Cortázar; la segunda, simplemente la de un ser humano simple, como el que esta nota escribe, que se nutrió de él y de otros grandes. Todos los lectores tienen o conservan en sus escritos algo de sus maestros. Pero ese realismo patético,  implacable, de  aquel  argentino nacido en Bélgica es “insustituible, único e inigualable”.

 Si bien Julio Florencio Cortázar  vino al mundo  un 26 de agosto de 1914 en Ixelles, Bégica(donde su padre fue funcionario de la embajada argentina), fue considerado por excelencia un escritor rioplatense y representante de las letras latinoamericanas; el oficio de traductor lo desempeñó en variadas editoriales y en la UNESCO. Ya en 1981 (en protesta al régimen militar de entonces)  sin renunciar a su nacionalidad optó por la francesa. Es decir, que pudiera afirmarse que llevaba a la Argentina, a Bélgica y a Francia,  como sello distintivo. 

Considerado uno de los autores más innovadores y originales de su época, fue un maestro de narración breve,  prosa poética, del cuento y de novelas que rompieron con los moldes clásicos  y la forma de hacer literatura en el mundo hispano. Su obra quiebra  las estructuras escapando la linealidad de lo temporal. Lo real y lo fantástico, conforman  una producción que muchos críticos definieron como un surrealismo o un realismo mágico. Junto con el colombiano  Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes y Mario Vargas Llosa, fue catapultado como uno de los exponentes centrales de una movida que explotó en nuestro continente.

 En Europa  vivió hasta sus escasos cuatro años entre Bélgica, Francia y  España; posteriormente  su familia optó por el retorno a la Argentina. La ciudad bonaerense de Banfield lo cobijó en una infancia especial, allí desarrolló sus estudios primarios en la escuela Nº 10, donde se formó como “maestro normal”. Ya en 1935 la Escuela Normal de Profesores Mariano Acosta le brindó (para él, a pesar de su gran capacidad todo estuvo sumido en un gran esfuerzo) el título de profesor de Letras.

Dentro de sus pasos en el mundo literario cabe enumerar sus colaboraciones en la Revista Sur, fundada y dirigida por Victoria Ocampo. Su primer trabajo publicado fue sobre el deceso del literato Antonin Artaud.  Junto a Borges, la propia Ocampo y otros grandes escritores de la época conformó la movida intelectual  Grupo Florida.

Su primer cuento que llevó por título “Bruja” fue publicado en la revista Correo Literario. Luego se fueron dando sus participaciones en oposición al movimiento peronista, y en 1946 cuando Juan Perón  ganó las elecciones presidenciales presentó su renuncia a la Universidad de Cuyo donde se encontraba dando cursos de literatura francesa. “Preferí renunciar a esa y a otras cátedras, antes de verme obligado a sacarme el saco como les pasó a numerosos colegas que optaron por seguir en sus puestos”, confesó por entonces en un tono repleto de ironía.

Por destacar algunas de sus obras valen citar los cuentos “Casa tomada” y “La otra orilla” (reunión de narraciones breves siendo ese primer volumen parte de su obra póstuma). El poema “Semilla” tuvo una gran repercusión luego de ser publicado en la revista literaria Oeste de Chivilcoy. Entre sus éxitos literarios, cabe señalar a “Bestiario”, recopilación  de ocho cuentos que le valieron la primer importante proyección local. “Libro de Manuel”, “Nicaragua, tan violentamente  dulce”, “El perseguidor” y su novela “Rayuela”, lo posicionaron como uno de los escritores más destacados de nuestro continente y con reconocimiento internacional.

Y  a su vez, de este gran autor argentino es grato recordar, el sentido homenaje que se le realizara en la ciudad de Córdoba en el 2017.En esa ocasión y en formato de Café Concert,  se recordó toda la obra de Cortázar con la participación de aristas locales que abordaron no sólo sus textos e interpretaron sus cuentos a manera de teatro; sino que la música también acompañó la velada. “Es que la música y el jazz en especial, están  por lo general  presentes en lo que escribo” había dicho alguna vez el escritor en una entrevista con la TV española. La reunión de hace cuatro años había comenzado con un registro audiovisual de una lectura del  autor, y ese cuento leído se relacionaba con el trompetista Louis Armstrong (“Luis enormísimo cronopio”). De la emotiva reunión habían participado la escritora cordobesa Luciana Bedini describiendo datos de su extensa biografía y la relación de Cortázar con otros autores; como también el saxofonista de la docta Luciano Luque. Todo un homenaje cordobés para con el escritor argentino preferido por un selecto grupo de lectores.