La historia fantasmal del pueblo cordobés sepultado bajo el agua

La historia fantasmal del pueblo cordobés sepultado bajo el agua

Por Gerardo Bessone. Especial para CodigoCBA.

Muchos cordobeses  que viajan habitualmente a la Ciudad de Almafuerte, o aquellos que por la nueva autovía pasan por allí mientras van rumbo a Córdoba Capital tal vez ignoren que antes de la fundación de dicha Ciudad existía en el lugar otro pueblo llamado El Salto; en 1979 dicho poblado desapareció quedando sepultado bajo el agua por la construcción del Dique Piedras Moras.

El Salto era más antiguo que su vecina Almafuerte; el poblado debía su nombre a la estancia El Salto ubicada en dicho lugar; dicha estancia fue bautizada así  por  un accidente natural del río Ctalamochita, donde el caudaloso cauce de agua se precipitaba desde una considerable altura entre enormes rocas, dando una cascada que era el punto de referencia para los viajeros de la época. El lugar además permitía cruzar el río, siendo paso obligado del tránsito hacia el Alto Perú; el poblado fue testigo de las luchas internas  de José María Paz y los federales de Facundo Quiroga.

La localidad tenía una gran Iglesia donde se veneraba al Patrono San José; una usina hidroeléctrica de llamativa arquitectura  inglesa y hasta un enorme puente blanco que permitía a los vecinos pasar a los barrios ubicados a la otra orilla del río. El ingreso al pueblo era por una larga calle custodiada por una alta arboleda.

Pero la pintoresca localidad de El Salto quedó un día sepultada bajo las aguas cuando en 1979 se termina de construir el  murallón del Dique Piedras Moras obra que se había iniciado en 1970. Tal vez la tristeza de haber dejado bajo el agua sus casas, sus recuerdos y sus sueños hizo que sean muy pocas las fotografías que se conservan del lugar; sólo unas pocas del archivo histórico digital del municipio de Río Tercero.

Hoy el pueblo puede ser visitado pero de una manera muy especial a través del buceo; es el lugar favorito de quienes practican este deporte en aguas dulces, los curiosos llegan desde todo el mundo.

Los buzos más valientes se animar a visitar "la casa embrujada", que pertenecía a dos mujeres que sólo venían a El Salto en vacaciones; cuenta la historia que fueron ellas las que comenzaron a hablar de "aparecidos" para alejar a posibles intrusos; en cambio otros hablan de que verdaderamente la casa estaba y sigue estando embrujada; con sus columnas, su escalera y el cerco de pircas, es uno de los sitios al que llegan los buzos.  Aún bajo el agua, la casa guarda el misterio de los tiempos en que los mitos eran creíbles y temidos. Dicen los lugareños que unos buzos de la Ciudad de La Plata vivieron una experiencia muy desagradable al ingresar a dicha casa y no se animaron a volver más a bucear en dicho lago; según el mito urbano un hombre de ropas antiguas caminaba dentro del agua sin traje de buceo y los persiguió hasta que salieron del lago.

Otro de los lugares envueltos de misterio que se puede visitar bajo el agua es el cementerio, apenas los buzos se acercan al lugar divisan las cruces de las tumbas del paraje ; había muy pocos panteones o sepulcros, casi todas eran tumbas y hoy los ataúdes duermen bajo el agua. Uno de los conocedores del lugar es un buzo del cuerpo activo de Bomberos Voluntarios de Río Tercero, Diego Carinci le dedicó mucho tiempo a investigar los enigmas del cementerio tapado por el agua; incluso sacó del lugar una antigua cruz tallada, la restauró y la devolvió a su sitio . El hombre pasa horas custodiando el cementerio sumergido en el agua, como si su mandato fuera cuidar a través de los tiempos que los primeros habitantes del lugar sigan descansando en paz.

Tal vez el fantasma de la casa embrujada bajo el agua no exista… Tal vez las mujeres solteronas  lo inventaron para que nadie mirara desde lejos sus bellos cuerpos en verano … Pero, usted no vio algo raro al pasar por allí en su último viaje a Córdoba Capital.

Foto: Biblioteca Digital Histórica de Río Tercero.