Madame Lenormand, la tarotista de la Revolución Francesa
Madame Lenormand, la tarotista de la Revolución Francesa
Madame Lenormand, la tarotista de la Revolución Francesa

Madame Lenormand, la tarotista de la Revolución Francesa

Pocas figuras resultaron ser tan enigmáticas como la de la adivina Madame Lenormand, una dama que se vio envuelta en una de las épocas más turbulentas de la historia occidental, y que con sus dones de adivinación y cartomancia asistió a personajes muy influyentes, tanto de un lado como del otro de la Revolución.

 

Marie-Anne Adelaide Lenormand fue una tarotista y adivina muy popular en Francia, en la época de Napoleón. Había nacido el 16 de septiembre de 1768 en Alençon, hija de un comerciante textil que falleció cuando Marie-Anne tenía cinco años, dejándole una fortuna que le permitió vivir con comodidad.

 

Marie-Anne había demostrado, desde muy pequeña, tener el don de la adivinación. Su padrastro y su nueva esposa la habían ubicado, junto con su hermana, en un convento de monjas benedictinas. Fue allí que predijo que la abadesa iba a ser destituida de su cargo, lo que le valió castigos y penitencias, hasta que su visión fue confirmada. Luego de esto pudo también predecir con exactitud el nombre, edad y otras características de la persona que sucedería a la abadesa en su cargo.

 

Al cumplir los catorce años, se mudó a París con su padrastro, quien le consiguió un empleo hasta que pudo establecer su propia “oficina de escritura” en la Rue de Tournon, donde pudo dedicarse a la adivinación y a la cartomancia haciéndose pasar por bibliotecaria sin levantar las sospechas de la policía. 

 

Ilustres clientes

Muchos de sus consultantes acudían a la oficina de Madame Lenormand disfrazados para disfrazar su estatus. Entre sus clientes más célebres se encontraban la Princesa de Lamballe, el Conde de Mirabau, el General Hoche, el zar Alejandro I y el  rey Luis XVIII, entre otros. Se dice que los revolucionarios franceses Marat, Robespierre y Saint-Just la visitaron, pero no creyeron en lo que la adivina predijo para ellos. El tiempo le daría la razón, primero con el asesinato de Marat y luego con las ejecuciones de Robespierre y Saint-Just en la guillotina. Alcanzó tal fama por la exactitud de su don que Josefina, la esposa de Napoleón, la consultaba frecuentemente. A Lenormand se le atribuye el haber predicho el divorcio de Napoleón y el fracaso de la campaña contra Rusia.

 

Legado

Madame Lenormand utilizaba para sus lecturas la baraja francesa, es decir, la que está conformada por los cuatro palos (picas, tréboles, corazones y diamantes) y las figuras de la corte. Se dice que ella inspiró la baraja Petit Lenormand, un mazo de tarot de dieciséis cartas que cuenta con ilustraciones de elementos que simbolizan hechos o procesos, aunque no hay prueba de que ella hubiera participado del diseño de esta baraja. Otros aseguran que el responsable es Johann Kaspar Hechtel de Nuremberg.

 

Además de su manejo del tarot, el legado de la Madame incluye numerosos textos que en su momento generaron polémica, y por los que fue arrestada en varias ocasiones.