¿¿¿ Quién era la misteriosa mujer del angelito???

¿¿¿ Quién era la misteriosa mujer del angelito???

Como es habitual en la sección Mitos y leyendas de  “CódigoCBA”, hurgamos en la memoria oscura de las historias que se cuentan de generación en generación en nuestra Provincia y sin lugar a dudas “La mujer del angelito ” es uno de los mitos urbanos más repetidos en la Ciudad Capital, tanto se repite que de boca en boca se le agregan detalles, datos e informaciones; aunque la mayoría de ellos tienen poca probabilidad de ser chequeados en un contexto histórico, lo que hace la leyenda un poco más interesante.

Para situarnos en el tiempo decimos que esta leyenda urbana conocida como “la mujer del angelito” data del siglo pasado en la época que la Ciudad de Córdoba aún no tenía taxis amarillos y remisses verdes y que la gente se movilizaba en carros alquilados tirados por caballos.

Para situarnos en un lugar, esta historia se ubica en la Avenida Roque Sáenz Peña, que conecta el barrio de Alta Córdoba con el Centro de la capital; a raíz de la mujer del angelito a esta bajada se la conocía como “la bajada del angelito muerto”.

Al parecer muchos conductores de carros de alquiler y de tranvías a caballo afirmaban que al pasar por dicho lugar se les aparecía una mujer con un pequeño ataúd blanco de bebé en sus brazos y un candelabro con velas encendidas.

La mujer aparecía vestida de riguroso luto negro, muy pocas veces dejaba ver su rostro pero cuando lo hacía era impresionantemente triste.

Al parecer, adquirió tanta popularidad esta aparición que en las noches invernales se interrumpió por completo el tráfico de peatones y los pocos vehículos que se animaban a pasar por la zona lo hacían acompañados por otro, nunca solos.

A quienes les gusta ponerle fecha a los acontecimientos paranormales dicen que la mujer del angelito dejó de aparecer más o menos en la época que se instala en dicho sector de la Ciudad de Córdoba el Regimiento de infantería más o menos en 1905.

Se dice que la mujer marchaba por adelante del tranvía a la misma velocidad del coche si el mismo reducía la velocidad la mujer también lo hacía; al igual que si el conductor alentaba a los caballos para ir más rápido; hasta que en algún momento del recorrido desparecía como desvaneciéndose en la oscuridad de la noche.

Quizás la mujer del angelito no exista pero usted no vio algo extraño la última vez que iba la centro desde Alta Córdoba…