Aniversario del triunfo de Alfonsín, frente a Ítalo Luder
Aniversario del triunfo de Alfonsín, frente a Ítalo Luder

Aniversario del triunfo de Alfonsín, frente a Ítalo Luder

Por Rubén Omar Scollo

El 29 de marzo del 2009 moría Raúl Ricardo Alfonsín, el primer presidente en democracia luego de un gobierno militar, que sumió a la Argentina, en  una etapa “especial y desteñida”. Y precisamente su victoria ante su “rival político pero no su enemigo”, como él definía a Ítalo Luder (quien representaba al partido justicialista) se produjo un 30 de octubre de 1983. Esa dictadura militar, quizá haya sido la más cruenta que supo tener nuestro país.

Alfonsín había nacido en la ciudad bonaerense de Chascomús, y allí llevó a cabo sus estudios primarios (en la Escuela Normal Regional). Pero la vida a cualquier ser humano le puede deparar una serie de paradojas… ¿Por qué? Simplemente porque el ex presidente había egresado como subteniente de reserva, luego de haber cursado sus estudios secundarios en el Liceo Militar General San Martín. En el campo de la política se recuerdan sus diferentes posturas con quien por mucho tiempo fue el presidente de la UCR, Ricardo Balbín, conocido como “el Chino”. Luego dirimiría el espacio con el otro ex presidente extinto Fernando De La Rúa. Con los citados se encontraba en las antípodas del pensamiento político y de las concepciones ideológicas, a pesar de conformar un mismo espacio.

Antes de calzarse la banda presidencial de manos de los militares de entonces, había cosechado una carrera dentro del contexto político, ya que comenzó siendo concejal para luego ser elegido diputado provincial hasta llegar a ser diputado nacional. Luego llegó a representar a la provincia de Buenos Aires como uno de sus senadores. Su meta última era ser presidente, y en verdad la alcanzó con creces y con valor, ya que luego de la etapa de un país desconcertado (gobiernos peronistas, María Estela Martínez de Perón o Isabelita, López Rega, Montoneros, ERP, organizaciones sindicales poderosas y “ruidosas”, secuestros y asesinatos por parte de los militares y de los demás grupos armados); luego de toda una nefasta etapa, se envalentonó junto al fallecido fiscal Strassera, y juzgaron a las Juntas Militares.

Fue un período muy duro como el de su cartera económica con muchos desaciertos y un “plan austral” (una moneda superdevaluada, lo que llevó a tener una hiperinflación exorbitante) que fue tan frío como su denominación. Pero siguiendo con su carrera de político honesto y estadista, siempre se había alineado dentro de alguna de las ramas del radicalismo. Militó a una mediana edad en el movimiento de  “Intransigencia y renovación” hasta que fundó el espacio vinculado a la socialdemocracia de centro izquierda “Renovación y Cambio”. Desde allí fue un verdadero imán para los movimientos de estudiantes universitarios y progresistas. Mientras los partidos y reuniones estaban censuradas por los militares, utilizó el pseudónimo de  Alfonso Carrido Luna para publicarr notas sobre periodismo político. Ya en 1975 junto a la socialista Alicia Moreau de Justo, Oscar Allende y Jaime de Nevares, entre otros,  creó la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos. Y fue Raúl Ricardo Alfonsín quien fervorosamente se había opuesto a la invasión a las islas Malvinas, colocándose en las antípodas de su compañero de promoción Leopoldo Fortunato Galtieri (presidente de la Junta Militar de entonces).

Ya llegado al gobierno, sus actitudes como primer mandatario se asociaron a la tolerancia, la pluralidad y el respeto hacia “los otros” (incluidos los espacios contrarios a su pensamiento y filosofía). La creación del MERCOSUR y la LEY DE DIVORCIO, fueron logros casi personales. En el citado Juicio a las Juntas militares que actuaron durante el ‘76 y 1983, estuvo como impulsor de la CONADEP (Comisión para la Desaparición de las Personas), que se encargó de investigar y documentar las torturas y asesinatos  de aquella época. Claro está que a lo largo de su gobierno surgieron embates que fueron debilitando su poder, ya sea de parte de los sindicatos, de los propios militares, la prensa y de los opositores. También tuvo que sobrellevar las presiones de las corporaciones, traiciones empresariales y situaciones que estaban desbordadas por los monopolios de entonces. No obstante hubo un enemigo feroz que fue la Sociedad Rural, la que lo consideró como un “gran problema a derrocar”. Lo trataban de “estorbo”, aunque con todos esos embates contra la democracia y en forma anticipada (ya que su gobierno se desintegraba aceleradamente) pudo entregarle el poder a Carlos Saúl Menem, otro gobierno gestado en democracia plena. Alfonsín actualmente es definido por propios y “foráneos” a lo que fue su partido, como “un ser especial y noble que entregó todo por su patria, con aciertos y errores notorios, pero con lealtad”.