Antonio Sobral: el pedagogo que transformó la educación en Villa María
Antonio Sobral: el pedagogo que transformó la educación en Villa María
Antonio Sobral: el pedagogo que transformó la educación en Villa María

Antonio Sobral: el pedagogo que transformó la educación en Villa María

Hoy 27 de septiembre, la ciudad de Villa María celebra su 154 aniversario. Ciudad en la que está sellada con el legado de grandes hombres que fueron impulsores de cambios importantes, impulsores de que hoy Villa María sea una gran ciudad elegida por muchos para vivir, vacacionar y estudiar.

En el aspecto de la educación, hubo una gran pedagogo y creador que hasta el presente se lo recuerda como una persona sensible, lúcida e inteligente. Se trata de Antonio Sobral, un villamariense que es parte de la historia de la ciudad y de la educación popular con su obra y pensamiento.

Su nombre completo era Antonio Manuel Sobral y nació el 20 de diciembre de 1897. Era hijo de Ángela Calvo y Constante Sobral, el cual era un comerciante español radicado en estas tierras y fue reconocido por su activa participación comunitaria. Sobral realizó sus estudios primarios en la Escuela Fiscal de Varones y en el Instituto Sarmiento; pero los estudios secundarios los realizó en Río Cuarto.

En 1920 egresó de la Universidad Nacional de Córdoba con el título de abogado.
Sus ideas educativas estaban cimentadas en un espíritu reformista y en un idealismo moral, sostenía la necesidad de una democracia humanista y el desarrollo de una teoría educativa que creara personalidades libres.

En el año 1926, fue electo presidente de la Biblioteca Bernardino Rivadavia iniciando desde ese espacio un camino de ideas humanistas en tránsito hacia la concreción de una sociedad con hombres y mujeres de espíritu libre y democráticas convicciones.

Es allí donde crea en 1927 la Universidad Popular con el objetivo de suplir la falta de alternativas para estudios de nivel medio y también de enseñanza vocacional luego de la educación primaria. Esta institución era una verdadera usina educativa y cultural. En el ámbito de la Universidad Popular funcionó la Escuela de Comercio, frente a la cual se desempeñó otro gran educador, Ramiro Suárez.

Luego, en 1930, también por iniciativa de Antonio Sobral nace el Instituto Secundario Bernardino Rivadavia y, en 1937, la Escuela Normal Víctor Mercante. Es importante destacar que este centro educativo fue el primero en implementar el plan de seis años para el magisterio, que luego sería establecido en todas las escuelas normales del país.

Sobral también se involucró en la política en el ámbito de la Unión Cívica Radical, en el cual tuvo la posibilidad de desempeñarse como diputado nacional, cargo por el que fue electo en 1928. Desde este rol, logró promover leyes tendientes a construir ciudadanía desde la educación y la cultura como la Ley Orgánica de Bibliotecas Populares, Ley Orgánica de Instrucción Pública, Ley de Estímulo a la Producción Intelectual y Artística de la Provincia.

En 1930 presentaría un postulado fundamental para la época como fue la Ley Orgánica de Educación Primaria, la que no logró efectuarse debido al golpe de Estado que el 6 de setiembre de ese mismo año derrocó al presidente Hipólito Yrigoyen. Esta ley tenía como fin poner a los niños en el epicentro de la educación y pretendía consolidar lazos estables entre los educadores y las escuelas. Desde una concepción plural y diversa, esta ley planteaba también el espíritu laico de la enseñanza.

Otro de los intereses de Sobral era extender los alcances de la educación hasta los sectores más humildes de la sociedad mediante la creación de centros de alfabetización.
Este pedagogo villamariense no se quedaba quieto, sentía que tenía la responsabilidad de seguir contribuyendo para la educación. Por esta razón, en 1943 dejó el cargo de juez para asumir como presidente del Consejo Provincial de Educación, lugar donde desplegó una formidable tarea de transformaciones.

En el año 1946 fue electo nuevamente diputado nacional. Su paso por la cámara de diputados dejó una profunda huella, tanto por las sólidas iniciativas presentadas como
por su participación en debates trascendentales sobre la educación.
En diciembre de 1948 tuvo el privilegio de ser elegido Convencional por Córdoba para integrar la Convención Constituyente que entre enero y marzo de 1949 se reunió para reformar la Constitución Nacional.

El 26 de febrero de 1971, este pedagogo que dejó una huella imborrable en la educación y en la historia de Villa María dejó de existir.

50 años después de su muerte, su ideario permanece y es considerado una de las bases de lo que posibilitó el avance de la construcción de nuevos espacios educativos, haciendo que hoy Villa María sea elegida por muchos jóvenes no sólo del interior de la provincia sino del país para formarse profesionalmente.

En la actualidad, su casona que está ubicada en Av. Sabattini 51 es la Usina Cultural, lugar donde conviven diferentes disciplinas artísticas: muestras de pintura, dibujo, grabado, escultura, textil, fotografía, video, instalación, arte web, el teatro, artes circenses, danza, música, performance, presentación de libros y lecturas, y poesía.