Los ilongotes filipinos ¿por qué cortaban cabezas humanas?
Los ilongotes filipinos ¿por qué cortaban cabezas humanas?

Los ilongotes filipinos ¿por qué cortaban cabezas humanas?

Cazadores de cabezas en Filipinas, como forma de vida para mitigar la ira

 

Por Rubén Omar Scollo (Especialista en Antropología)

 

Renato Rosaldo estuvo casado con la antropóloga Michelle Rosaldo (1944-1981), que falleció en un accidente. Actualmente está casado con Mary Louise Pratt, Silver Professor y Professor of Spanish and Portuguese Languages and Literatures en la Universidad de Nueva York.El prominente profesional de las ciencias,  nació en Illinois (Estados Unidos) tres años antes que su primera mujer y se educó en la Universidad de Harvard, donde fue académico y destacado profesor universitario.

En el campo de la antropología además de realizar grandes aportes tuvo una experiencia que él comenta en su libro “Aflicción e ira de un cazador de cabezas”. Allí describe que “si se le pregunta a un hombre mayor, ilongote, del norte de Luzón, Filipinas… ¿por qué corta cabezas humanas?... la respuesta de tamaño personaje es breve y ningún antropólogo podría dar un detalle científico de esa actitud sobrecogedora para ciertos sectores del mundo occidental. Ese ser especial e incomprensible para otros códigos culturales que se asientan en el mundo entero, sostiene que “la ira nacida de la aflicción, lo impulsa a matar a otro ser humano”. A su vez el ilongote afirma que “necesita un lugar donde llevar su rabia”.

Ese acto de cortar y arrojar la cabeza de la víctima -explica Rosaldo – “le permite ventilar y desechar la ira de su pena”. “Y aunque la labor de las ciencias sociales es aclarar el comportamiento de ciertas etnias o culturas, no se  puede a partir de la misma,  encontrar una explicación que esté comprendida por la lógica”, finaliza en su introducción Renato Rosaldo.

Ahora bien, dadas estas facetas que ocurren en sitios lejanos como Filipinas, tampoco podríamos explicar el horror humano surgido de dirigentes políticos, de referentes sociales que ejercen el poder a partir de la violencia.

Si bien lo de los ilongotes es cultural, en variados rincones del mundo las acciones virulentas están acosando cada vez más al ser humano, transformándose en guerras, en muertes por narcotráfico, por vehemencia social que implica hasta conducir un automóvil en total estado de ebriedad; en violar o ejercer pedofilia a seres indefensos. ¡O acaso en nuestro país desde décadas atrás, la violencia no fue incrementándose desmedidamente! Y la realidad, marca que en su estudio, el antropólogo Rosaldo junto a su mujer Michelle, supieron captar in sito, ese tipo de actitudes enmarcadas en violencia. Pero al margen de lo cultural, la violencia humana viene desde tiempos remotos. Tal cual lo expresaba el investigador, etnólogo, arqueólogo e historiador francés  André- Leroi Gourhan . “La violencia es inherente al ser humano, a partir del Australopithecus”… ¡Y vaya que tenía toda la razón! En algunos rincones de Sudamérica, Norteamérica y otros sectores del Globo, la violencia está escondida en cada calle en penumbras. No hace falta alguna recurrir a culturas alejadas, para visualizarla.

Para finalizar, vale aclarar que Los Ilongotes son una tribu que habita la Sierra Madre y las montañas Caraballo, en la zona este de la isla de Luzón, en las Filipinas. Principalmente viven esas citadas regiones.