Roma cuna de esplendor y deficiencias urbanas
Roma cuna de esplendor y deficiencias urbanas
Roma cuna de esplendor y deficiencias urbanas

Roma cuna de esplendor y deficiencias urbanas

 

Lo bueno y la malo del Imperio romano, de acuerdo a los historiadores

 

Por Rubén Omar Scollo

 

Según la antigua leyenda griega (que se entiende o se interpreta como un mito), Roma fue fundada por los dos semidioses y hermanos gemelos Rómulo y Remo en el año 753 a. C. Supuestamente, los niños eran hijos de Rea, Silvia y Marte. De bebés, su muerte fue ordenada por su abuelo, quien mandó que los lanzaran al río Tíber. Fueron entonces salvados por una loba, hasta que fueron descubiertos por un pastor.

Después de haber crecido, los chicos mataron al rey Amulio de Alba Longa y se les ofreció el trono, pero ambos decidieron fundar su propia ciudad en la mejor ubicación posible. Los hermanos discutieron respecto a la zona y, eventualmente, Rómulo mató a Remo y nombró a la ciudad en honor a sí mismo. Pero mucho después de su creación, cuando el imperio fue creciendo, la situación en la urbe era deficiente.

El olor de la ciudad era nauseabundo y asqueroso conforme se recorriera el Mercado de Trajano. Las angostas y calurosas calles estaban abarrotadas con soldados que vigilaban, civiles que hacían sus mandados y aristócratas que paseaban en sus costosas togas. Por los alrededores, vendedores ambulantes y clientes discutían y negociaban precios. En medio de tal conmoción, aún se podían escuchar los rugidos provenientes del Coliseo conforme otro gladiador se enfrentaba a su violento fin. “En la Antigua Roma, aquí puedes echar un vistazo más profundo a la cultura a la que se le atribuye haber dado forma al mundo occidental”, confesaban algunas crónicas de entonces traducidas y difundidas desde hace un tiempo.

Por esa época, usar un baño público era  suficientemente desagradable, a los antiguos romanos se les cobraba un impuesto por usar tales servicios. Fue primero el emperador Nerón, y después Vespasiano, quien impuso este impuesto llamado “vectigal, urinae” o impuesto de orina. Sin embargo, la orina no se desperdiciaba. Todos los orinales, tanto públicos como privados, estaban conectados a albercas donde la orina era reciclada y utilizada para diversos propósitos. En esa etapa la orina servía muy bien para limpiar pieles de animales porque ayudaba a remover las fibras de pelo en la piel.

 Pero ante tanta cosa desagradable, Saturnalia era un festival pagano para honrar a Saturno, dios de la agricultura, celebrado anualmente a mediados de diciembre. Se cree que algunas de sus tradiciones, como la de dar regalos decorados, pueden ser las raíces de la Navidad moderna. Satunalia duraba una semana, comenzando el 17 de diciembre. Durante ese periodo de celebración se dejaba de trabajar y se suspendían las actividades cotidianas.

La gente decoraba sus hogares con plantas y coronas, e incluso cambiaba el estilo de su ropa. Los esclavos también dejaban de trabajar e incluso se les permitía participar en las festividades y, en algunos casos, intercambiar roles con sus amos. Esencialmente, era una de las fiestas más grandes que haya visto Occidente.

 Y aunque Roma era tecnológicamente muy avanzada, eso no significaba que las condiciones de vida de la gente común se acercaran mínimamente a la sanidad. Esto ha llevado a creer a los historiadores que la esperanza de vida estaba entre los 25 y 40 años de edad. Sin embargo esta es una idea equivocada, pues ese es el promedio de vida de la población, no la esperanza de vida individual.

La Antigua Roma tenía una tasa de mortalidad infantil increíblemente alta, con la mitad de los niños muriendo antes de cumplir diez años. Sin embargo, si superabas los diez, se esperaba que pudieras tener una larga vida. Otro factor que impactó en ese promedio fue el de los hombres en el servicio militar y las mujeres que morían durante el parto. Las narradas, fueron algunas de las situaciones más relevantes contadas por investigadores, quienes describieron las características de la ciudad centro del mundo en épocas de Cristo.