Seneca: Pensador Romano quien aún hoy sus dichos tienen vigencia
Seneca: Pensador Romano quien aún hoy sus dichos tienen vigencia
Seneca: Pensador Romano quien aún hoy sus dichos tienen vigencia

Seneca: Pensador Romano quien aún hoy sus dichos tienen vigencia

Por Rubén Omar Scollo

Cuando se alude al Imperio Romano, que dominó e influenció al mundo durante un extenso período, cabe citar desde lo arquitectónico, sus ejércitos, el arte en todas sus dimensiones y dentro de esta lista interminable de representantes, sobresalen los oradores y escritores. Entre ellos Séneca y Cicerón; claro que al aludir a la vida del primero de los citados vale hacerlo desde sus orígenes.

Lucio Anneo Séneca es uno de los filósofos más representativos de la escuela del estoicismo, especialmente de su etapa de desarrollo más tardía. Fue una de las figuras más importantes para la filosofía durante el Imperio Romano y es retomado hasta nuestros días en estudios sobre filosofía griega y ética contemporánea.

Aunque no se trata de una escritura autobiográfica, en toda su obra, Séneca mantiene una gran conexión entre sus experiencias cotidianas y las reflexiones filosóficas que estas le suscitaban. Lo anterior ha llegado hasta nuestros días a través de los registros escritos que el propio Séneca realizó.

Y la realidad marca que el gran filósofo era cordobés, sí, cordobés. Pero de esa Córdoba del Viejo Mundo, en épocas donde fue una de las voces más escuchadas en un imperio dominante y avasallador como el romano.

Lucio Anneo Séneca nació en  España  en el año 4 a.C., en pleno apogeo del Imperio Romano dentro de la provincia de Hispania. Provenía de una familia distinguida y de alta sociedad.

Su padre, Marco Anneo Séneca fue un orador y escritor romano que realizó importantes estudios sobre la historia de la oratoria. Muchos de sus trabajos fueron atribuidos a Lucio Anneo durante la Edad Media, época en la que Séneca hijo tuvo mucho reconocimiento. Para diferenciarlo, se le llamó Séneca el Orador o Séneca el Viejo.

Aunque la existencia  de Séneca el Joven atravesó distintas etapas que lo indujeron a reflexionar profundamente sobre la emociones, la ambición, el poder curativo de la filosofía, y la muerte, entre otros temas. De hecho, gran parte de sus escritos suelen ser interpretados tomando en cuenta su biografía. Estudió retórica y filosofía en Roma y su carrera es reconocida por haber sido exitosa, un tanto dramática y asimismo política.

No obstante toda esa gama de buenas consideraciones y de ponderaciones fueron eclipsadas por “sus detractores”, cuando lo acusaron de adulterio y  debido a ese hecho lo “invitaron a un exilio en Corsica”. A pesar de todo, estuvo entre los asesores del emperador Nerón, en épocas  políticamente complicadas, y finalmente fue acusado de complicidad en la conspiración de Pisonian. Debido a eso, y a lo complicado que era el imperio por esos tiempos,  fue obligado a suicidarse en Roma en el año 65. Hoy en día se acepta que el interés de Séneca por la ética y la psicología (especialmente los efectos destructivos de la emocionalidad excesiva), están presentes en toda su obra literaria, tanto en verso como en prosa.

Séneca estaba de acuerdo con un monismo psicológico, en tanto que no distingue entre un componente racional o otro no racional del alma (tal como tampoco lo hicieron los estoicos anteriores). Para estos, el conocimiento se basa en la acción, no hay distinción entre una razón práctica y una teórica. En este sentido, teorizar y reflexionar sobre los aspectos éticos y morales de la vida cotidiana, es una forma de producir conocimiento, alcanzar la felicidad y la virtud.

Entre  sus escritos representativos se destacan los relacionados  a los problemas morales de la vida diaria. Cartas a la moral, se encuentra, por ejemplo, entre sus obras más destacadas.