
Coronacrash, el dinero helicóptero y los bolsillos cosidos
Por el Mgter. Ignacio Ruiz*
Ríos de tinta se han escrito sobre qué es la pandemia, los efectos políticos, sociales, ecológicos, productivos y económicos que tendrán sobre nuestra sociedad. Inclusive en distintos ámbitos se debaten sobre qué será o cómo será la “nueva normalidad”.
Esta crisis económica es distinta a las que habíamos visto hasta ahora. Normalmente, los eventos económicos se van desarrollando, lo cual permite a una familia por ejemplo, ir ajustando o modificando en forma escalonada a los fines de estabilizar o alinear ingresos con gastos. Esta vez fue mucho más duro el golpe, ya que las personas no tuvieron tiempo para acomodarse o equilibrarse. Muchos analistas coinciden en que el nivel de desempleo será, globalmente, mayor que el de la crisis de principio del siglo XX.
Inclusive en cuestiones económicas, para hacer un análisis financiero personal, lo primero es la información. También es necesario tener en cuenta que muchos formadores de opinión tienen o representan intereses distintos a los de cada uno. De ahí la importancia de ajustar las acciones y presupuestos a lo real, y por ende de medir periódicamente la realidad individual (y familiar) para readaptarla en forma constante.
Evitar endeudarse, gastar menos, ahorrar recursos y cualquier excedente que exista, adoptar hábitos de consumo inteligente, llevar un presupuesto personal o familiar con ingresos y gastos, evitar inversiones de alto riesgo, entre otras, son algunas recomendaciones que ayudan a las finanzas del hogar, sabiendo que otras más serán necesarias. Por supuesto que la búsqueda de nuevos ingresos, como microemprendimientos, debe ser un norte imprescindible en las finanzas de un hogar.
Adicionalmente, los gobiernos de todas partes del mundo se debaten de cómo recuperar rápidamente la actividad. Muchos inclusive hablan de medidas extremas como el "dinero helicóptero" o "helicóptero monetario", repartiendo dinero sin reembolso a toda la gente cuando hay una profunda crisis económica con el objetivo de aumentar el consumo de las personas y reactivar la economía. Una medida tan extrema como sus posibles efectos negativos.
Mi abuela Elda, piamontesa y trabajadora, siempre decía que en épocas de vacas flacas, había que coserse los bolsillos del pantalón. En tiempos de dinero electrónico o digital es difícil que eso evite el movimiento de dinero, sin embargo vale la frase para entender mejor lo que viene. Se avecina una recesión global que hará que los indicadores económicos de nuestro país caigan, el desempleo aumente y millones de personas se sumen a los índices de pobreza. Una crisis tan profunda que nos obligará a repensar la globalización y nuestro sistema económico. Seguramente será el campo, una vez más, quien dé el puntapié inicial para comenzar a reconstruir la economía que viene.
*Contador / Docente Universidad Siglo 21