Historias de ídolos del fútbol cordobés
Historias de ídolos del fútbol cordobés
El recuerdo de Menotti (en foto con otro ruludo), de Basile y de Bilardo. Con Ruggeri y Francéscoli fue CAMPEÓN DE América en aquel River de 1986
Luis Amuchástegui, un wing como pocos
Figura entrañable del fútbol nacional, brilló con Racing de Córdoba y fue campeón con River. “Araña” Amuchástegui nacido un 12 de diciembre de 1960 también jugó en San Lorenzo de Almagro (1984), América de México entre el ´86 y el ´87, en Sporting Cristal de Perú hasta regresar al club de Córdoba, su Racing pero no antes de pasar por otro equipo mexicano como el León. Obtuvo con el Millonario el título de Campeón en 1985/86, la citada Libertadores en la final con América de Cali y la Copa de Campeones de la Concacaf jugando en México con América.
Era un wing de los de antes, rápido y que se pegaba al costado de la cancha. Melena desprolija al aire, corría y gambeteaba sacándose rivales de encima como pocos. El Araña, es habitué de un café que está frente a una de las plazas características de la Docta, donde cada tanto se reúnen viejas glorias cordobesas. El escritor Daniel Salzano no se cansaba de definir y de expresar que en Córdoba: “Como cualquiera sabe, es imposible atravesar la barrera del anonimato sin antes pasar por la amasadora del apodo”. Esta ciudad de humor, tonada, ferné y asadazo, tiene al Hacha por Ludueña, al Milonguita (Heredia), al Chupete (Guerini), al Diablo (Monserrat), el Pato, la Wanora... y al Araña. Es así. Y él lo sabe, y lo tiene asumido.
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Con la "gente del ciclón"
“Me pusieron Araña porque cerca de la Maternidad Provincial había un algarrobo. Yo era morochito, ruludito, y me subía rápido al árbol. Y un amigo mío, el Rengo Marotto, me puso el Araña. Andaba siempre arriba de los árboles, esperando algún partido. Si faltaba alguno, entraba a jugar con los más grandes. Y se popularizó el Araña”, había comentado hace un tiempo al cronista de El Gráfico en una nota altamente ilustrativa.
Luis Amuchástegui nació el 12 de diciembre de 1960. El tiempo ha pasado desde que la descosía en aquel combinado de su San Vicente natal o en el equipo del colegio San Antonio, donde fue goleador dos años seguidos y despertó el interés de Racing de Córdoba. Amuchástegui es sinónimo de la época de oro de aquella Academia de barrio Nueva Italia. Al nombrarlo, en la memoria de los cordobeses están las hazañas de ese equipo que fue sensación en 1980 y despertó suspiros por su fútbol a nivel nacional.
Y “Araña” cuenta que “jugaba en el colegio San Antonio al baby futbol. Salí dos años goleador, y René Gorreta me vio y me llevó a Racing. Empecé en las inferiores y debuté a los 17 años. Era difícil en esa época debutar a esa edad. Había grandes jugadores en Racing. Le puse mucho sacrificio. Yo vivía en San Vicente y me tenía que ir hasta Nueva Italia, mi familia no tenía los medios para que viajara en colectivo. Entonces me iba a las prácticas en una bicicleta que me prestaba un amigo”.
“Tuve grandes técnicos... Menotti, Bilardo, el Zurdo López, el Bambino Veira, Pedro Marcheta, pero el Coco fue el mejor que tuve; no solo porque me dio la posibilidad de jugar en Primera, sino porque tenía una gran personalidad, y en cualquier cancha nos hacía ir al frente. Te daba la idea de que podíamos ganar en cualquier lado, que no éramos menos que nadie. Si jugábamos con Boca o River, no importaba. Siempre nos hacía creer que nosotros éramos los mejores”…
“Estando en Racing de Córdoba me vino a buscar Valencia, en una época que no era habitual que se fueran los jugadores. Antes de ir a España, Bilardo me cita para la Copa América contra Ecuador. Eso que dicen que Bilardo era defensivo es mentira. Le gustaban los buenos jugadores. En ese equipo que me convocó estaban Maragoni, Sabella, Ponce, Gareca, un equipazo... A mí cuando me preguntan a quién prefiero, si Bilardo o Menotti, elijo a Bilardo”. Viéndolos objetivamente. “En las selecciones hay amiguismo. Y a mí... no es que me defraudó, pero yo tenía que haber ido al Mundial 82. Y Menotti había optado, había eligió a Santamaría. Son cosas de cada entrenador y las respeto, pero nunca supe el por qué”, cierra el otrora goleador y rápido wing de cabellera enrulada y al viento.