La desigualdad entre hombres y mujeres se deriva de universos de opinión, creencias
Por María Laura Becerra - Pedagoga social
Facilitadora de género , activista de DDHH y diversidad
“La desigualdad entre hombres y mujeres se deriva de universos de opinión, creencias y actitudes históricamente perpetuados, compartidos por los actores sociales, y que surgen de la triangulación de las representaciones sociales acerca de lo femenino y lo masculino y los estereotipos de género, que en su interrelación, fijan las relaciones asimétricas entre hombres y mujeres” Josefa Quesada Jiménez (2014)1 ;Se considera de gran importancia acercarnos a significaciones de masculinidad hegemónica y feminidades, y como los estereotipos de género influyen en las construcciones subjetivas y vínculos sociales, reproduciendo jerarquías y actuando como mecanismos de violencia.
Es posible pensar; para problematizar dichos mandatos ya que mayormente son naturalizados como “la norma”; siendo y sirviendo como “justificaciones” para quienes ejercen abuso de poder. Todxs hemos lamentablemente escuchado como “moneda corriente” “Dale, no seas cagón, sé hombre!”.
Entonces; Pensar el género despojado de las desigualdades INvisibiliza las luchas feministas.
Los estereotipos, los roles fijos sexuales de género y los micromachismos (que no son tan micros); son mecanismos para sostener el ejercicio del poder.
Para Bourdieu “la violencia masculina tiene todas las condiciones para su pleno ejercicio”; La preeminencia universalmente reconocida a los hombres, ya que se afirman en la objetividad de las estructuras sociales y de las actividades productivas y reproductivas, funcionan como matrices de percepciones trascendentales históricas que, al ser universalmente compartidas, se imponen a cualquier agente como trascendente” (1998)
El objetivo en la intervención con varones es que no deben sentirse violentados por estas estructuras, sino que tiene que interpelarlos, para que entre todxs construyamos una realidad más equitativa basada en diversidades y “nuestra cercanía con lo local”
Además muchos varones son víctimas temporales de estos mandatos de masculinidad hegemónica, por no llegar a cumplir ese ideal. Un ejemplo son los casos de bullying entre varones. Se entiende que muchos estereotipos violentan contra los mismos varones, “por no ser tan hombres”, ya que no cumplen con las “exigencias de la masculinidad hegemónica”. Si bien las principales afectadas son las mujeres y diversidades, es importante involucrarlos y responsabilizarlos de sus conductas para que se identifiquen con estas significaciones patriarcales que generan diferentes tipos de violencia.
La educación hacia los varones es sostenible dentro del marco de la prevención de la violencia a la mujer y diversidades. Las cualidades masculinas hegemónicas (como el vigor, la potencia, la fuerza, entre otras) son significantes que favorecen los vínculos de poder y sus manifestaciones, generando discriminación o violencia hacia lo que se distingue de esa hegemonía. “La masculinidad es una relación de poder que se expresa en el poder. Bourdieu (2000) advierte que ser hombre es encontrarse en una posición de poder. Para Kimmel (1992) la definición hegemónica de virilidad es un hombre en el poder, un hombre con poder, y un hombre de poder.
Se asocia la masculinidad con ser fuerte, exitoso, capaz, confiable, y ostentando control. Tal definición desarrollada por la cultura perpetúa el poder de los hombres sobre las mujeres y sobre las diversidades sexuales y raciales. La masculinidad es integrada con el poder y se convierte en el despliegue del poder en el mundo
La masculinidad se identifica con la masculinidad heterosexual y así margina a todos aquellos sobre los que el falo actúa (mujeres y gays) (Kimmel, 1992)” 3 . Bozzi propone “el uso plural de `masculinidades´ para referirse a la gran variedad de experiencias y a las relaciones internas de poder” (2019).
No se cuestionaría la identidad del varón, se busca intervenir para involucrarlos a pensar y repensarse, tomando responsabilidad sobre la problemática y la complicidad entre pares.
Se considera al patriarcado también nocivo para los varones. Aclaramos que masculinidad hegemónica, es un ideal, el cual (si bien los hombres en su mayoría han sido criados con algunas de estas características significantes) es difícil e “imposible” de alcanzar. Genera frustraciones en el varón, y puede ser nocivo para mujeres y otrxs.
Teniendo en cuenta la concepción sobre violencia simbólica (mencionada anteriormente), la “corporación masculina” que menciona Rita Segato; y estereotipos de género presentados , considero importante para las intervenciones plantear las “Nuevas Masculinidades”. “¿Y nosotros? ¿Qué tenemos que hacer? Como varones, ¿cuál es nuestro rol en esta lucha por la emancipación y la transformación de este orden social patriarcal y por tanto, violento, injusto y desigual? Si un primer paso es desnaturalizar las violencias que impone la jerarquía de género, un segundo paso, casi simultáneo e imprescindible, es generar pactos de otro tipo con nuestros congéneres. Si todo orden social se basa en pactos y acuerdos, hay algunos que sólo garantizan y reproducen la dominación de unos, mientras se instrumentaliza o se sacrifica a otras. Es necesario reconocer qué dinámicas sociales reactualizan aquél pacto expropiatorio primigenio o garantizan su reproducción. En este sentido, se habla mucho del ´pacto de silencio´ entre varones para dar cuenta de la incapacidad que tenemos de interpelarnos unos a otros, cara a cara, directamente, sobre las violencias que ejercemos sobre las mujeres y otras identidades sexo genéricas no hegemónicas, o sobre los estereotipos que reproducimos en nuestros espacios de confraternización masculina (2018)”.
Es importante además desde una escucha atenta y empática, intervenir en la construcción de conciencia crítica y prevenir conductas violentas. También responsabilizar la complicidad y naturalización de la violencia hacia las mujeres en los grupos de pares. Para esto considero la necesidad de expresar “nuevas masculinidades”, las cuales son modelos de identificación y actúan como referentes interpelados por la perspectiva de género.