
Una historia que necesita ser conocida: La directora les proveía la comida a alumnos con COVID
Por Gerardo Bessone. Especial para CodigoCBA desde General Cabrera.
María Elena Torres de Urquía; quienes leen esta nota en la Region del Maní saben seguramente de quién se trata. Para los que leen la nota en otro lugar de nuestra Provincia asociarán su apellido de casada con una conocida familia vinculada a la Industria aceitera. En su Ciudad de General Deheza nadie le pone un apellido a María Elena, así como a nivel nacional Mirtha y Susana no necesitan su apellido para nombrarlas, en Deheza María Elena para todos es simplemente María Elena.
María Elena se desempeña como directora de la Escuela que vio nacer y crecer en su Ciudad actualmente llamada ITAPU, abreviatura del nombre que lleva en homenaje a uno de sus mentores Adrián Pascual “Ñoño” Urquía; antes era el Instituto Técnico General Deheza, actualmente la escuela cruzó la barrera de ser una escuela técnica ya que además es primaria y hasta preescolar tiene.
Rubén, es un camionero que lleva aceite desde Deheza hasta la Ciudad de San Luis; hace ya un tiempo llegó a su casa; para proteger a su familia dejó su ropa en la cochera, se higienizó alcohol en gel y fue a bañarse empezó a sentirse mal; sin saber que a partir de ese momento su vida a dar un vuelco importante, lo aislaron en una vivienda de la empresa para la que trabaja y el hisopado le diagnosticó “Corona Virus”. Su esposa María a los pocos días también dio resultado de COVID positivo y al ser paciente de riesgo cardíaca debió ser internada en la Ciudad de Córdoba.
Los hijos del matrimonio Joaquín y Tomás, hasta ese momento aún tenían resultados de negativos para el virus, debían permanecer aislados en su casa solos sin poder recibir visitas y sin sus padres, mientras seguían sus estudios secundarios en el ITAPU a través de grupos de WhatsApp video conferencias.
Para alimentarse el primer día se cocinaron con los ingredientes que tenían en su casa; pero hasta que María Elena la directora de la escuela supo de su situación y tuvo un gesto que la familia agradeció públicamente en una entrevista brindada para Radio “Vos” y el “Canal 20” de Villa María. María Elena se ofreció a conseguirles la comida a sus alumnos que debían estar solos; pero además del apoyo psicológico cada día un cadete tocaba timbre, dejaba el almuerzo o la cena y se alejaba de la casa. Mientras sus padres estaban aislados la comida llegaba cada día gracias a la gestión de María Elena, la directora que siempre estuvo pendiente de sus alumnos para que nada les faltara.
Después de varios días de aislamiento Joaquín y Tomás también dieron resultado Positivo; más allá del golpe familiar, ese hisopado sirvió para que la familia volviera a estar todos juntos hasta que pasaron la enfermedad; antes seguían unidos por la tecnología; a través de video llamada toda la familia almorzaba y cenaba a misma hora y conversaban entre ellos para sentirse más unidos que nunca.
El reportaje de la Periodista Verónica Puntis, donde los protagonistas de la historia dieron sus nombres, ya lleva casi 20.000 reproducciones en las redes sociales y el gesto de la directora María Elena de haberse ocupado cada día de sus alumnos no quedará como una anécdota más, marca la calidad de persona que es y de la dedicación a su profesión de docente… Quizás por eso María Elena, al igual que Mirtha o Susana nadie la llama por su apellido, simplemente por su nombre María Elena.
FOTO: Facebook del ITAPU (inicio de clases antes de la pandemia)