Aguas calientes y la historia de un peruano-argentino
Aguas calientes y la historia de un peruano-argentino

Aguas calientes y la historia de un peruano-argentino

Perú y Argentina, más hermanos que nunca

R.O.S

Muchos peruanos viven en nuestro país. Pocos han retornado a sus ciudades de origen y como contrapartida, se han quedado en la Argentina. Si bien el país hermano ha enderezado (en parte) su economía, debido a que la inflación mensual por esos pagos equivale a la anual nuestra; mucha gente de poblaciones del interior del país andino tienen problemas similares para llegar a cada final de mes.

Aguas calientes, es una pequeña y bella ciudad peruana en Valle del río Urubamba en el sureste del Perú. Es conocida por sus baños termales y el acceso a las ruinas cercanas de Machu Picchu.

Para dar a conocer las realidades hay que decir que en las casas de cambio del lugar o las de  Cusco o Puno, cada 100 dólares dan como cambio 368 soles peruanos. Si se hace una conversión a pesos argentinos los 100 soles serían aproximadamente 6.392, 59. O sea que en algunas casas de cambio de ese país, aceptan pesos nacionales y conviene  más cambiar pesos que llevar dólares. La cosa es así de simple. Uno de los pocos países que aceptan nuestra alicaída moneda nacional.

Demetrio es un médico traumatólogo peruano que vive casi todo el año en Río Cuarto, Córdoba. No obstante el cada tres meses al año va hacia Aguas calientes donde tienen un gran local de comidas elaboradas. Allí trabajan Claudio, argentino y que además “piensa radicarse en Tanti, donde compró un terreno y se construiría una casa cuando retorne a la Argentina”. Si bien él es de Liniers, optaría por ese bonito sitio cordobés para radicarse y armar su vida a sus 30 años.

“Aquí trabajo con un amigo colombiano y otro ecuatoriano. Nos llevamos muy bien y le damos una mano a Demetrio en la cocina. Soy chef y me gusta lo que hago”, acota Claudio. La cocina y el lugar son por demás muy limpios, acogedores y la comida que sirven allí es riquísima. Desde platos con carne de camélidos, mucho arroz, chifa o chaufa (plato combinado con arte culinario tailandés y chino); cuy (es el cobayo nuestro) y antes que nada ellos dan como bienvenida una copita de pisco.

“Aquí me conocen como el Che, acota Demetrio. Hace cincuenta años que vivo en Argentina, como ya te dije en Río Cuarto (aunque no perdió del todo su acento peruano) y cuando me jubilé como médico decidí poner este restaurante “La casa del che”, aquí en Aguas calientes”. “En Argentina tengo a mis tres hijos profesionales. Ellos quieren vivir allí; mi mujer también es médica y vive en río Cuarto. Me siento argentino (soy nacionalizado) porque es el mejor país”, acota orgulloso el médico Demetrio.

Al restaurante fue CódigoCba luego de haber descendido del Machu Picchu en una visita que estará reflejada en otra de las notas-entregas. Pero todo Perú, tiene un sabor dulce para los argentinos que hasta sus ciudades nos llegamos. El aprecio que sienten por nosotros, argentinos, viene desde épocas de la libertad de los pueblos americanos teniendo al general Don José de San Martín como patriota de ambos países. Además, la ayuda por Malvinas siempre la recuerdan y la recordamos los argentinos. Perú y Argentina, unidos por el pasado y el presente.

“En el mundial grité los goles nuestros como nunca”, cierra Demetrio. Y es para creerle.