
La médica cordobesa que colabora en "El impenetrable"
R.O. Scollo
El Impenetrable, es una zona de las provincias norteñas de Chaco y Salta, que parecería estar al olvido de las miradas nacionales. Muy pocos se han ocupado de la gente que allí vive. Y ellos, también son argentinos. Es por eso que gracias a la ayuda de las “almas nobles” que hasta ese sector de nuestra geografía se acercan, los pobladores pequeños, de mediana edad, adultos y ancianos pueden gozar de algunos privilegios sustentados en una tarea de apoyo “efectivo”.
Viviana Yzaguirre es una médica cordobesa (ya hemos publicado una nota anterior respecto a su encomiable tarea) que concurre hasta esos recónditos sitios argentinos, simplemente para “brindar ayuda”, una ayuda que se traduce en ocupación directa desprovista de “votos o beneficios de la politiquería barata”.
La fundación Todo por Todos, de la que forma parte, cuenta con 170 voluntarios que garantizan el acceso a la salud de las comunidades wichís de Chaco y Salta. Su función es la de asistir a quienes son “víctimas” de inequidades respecto a otros lugares.
El impenetrable chaqueño está prácticamente abandonado por el estado provincial y nacional; y allí viven comunidades de pueblos originarios. La visión del lugar le cambió la vida y ella ruega para que los jóvenes profesionales no se vayan del país.
Hace 10 años la profesional viajó por primera vez al Impenetrable con cuatro bolsas de medicamentos. Hoy encabeza la citada fundación, que asiste a las comunidades wichís del monte chaqueño para garantizar el acceso a la salud y una adecuada nutrición de los pueblos que habitan esa región de la Argentina.Con un trabajo ad honorem, con bondades y sacrificio, la gente de esos parajes puede conocer acerca de "quienes por fin, se ocupan de ellos”.
¿Uds. están vinculados a través de la Fundación con algún sector político?
- En absoluto, empecé con esto en el 2013 y ya había desnutrición infantil, había problemáticas serias. Y tanto la desnutrición como otras problemáticas no surgen de un día para el otro. No se crean de la noche a la mañana… Debido a tu pregunta, no pertenecemos a ninguna fracción política, ni tampoco recibimos ayuda de grandes aportantes,
¿Cómo es trabajar en lugares olvidados por el Estado argentino?
- Hay algo que es claro, uno de los grandes problemas es que cuando los gobiernos (sean los que fueren) o el Estado en sí, quiere hacerse presente. Debería conocerse que algunos errores que se producen, es por querer imponer la mirada, el enfoque que“ todos debemos ser iguales” . Y ellos, quienes allí viven, tienen sus propias creencias. De allí que se producen algunos choques. Porque no se respeta al “otro”. Por eso, quienes conducen el Estado se “alejan”…
¿Y debido a esas distorsiones o malas interpretaciones sólo le cabe el trabajo a las ONG o a las fundaciones?
- Convengamos que los que deseen ayudar siempre son y creo, serán bien recibidos por esos sitios.
¿Su infancia doctora se desarrolló en Alta Gracia?
- Mi infancia en realidad no fue vivenciada en Alta Gracia. Nací en General Levalle, una localidad del sur de Córdoba. Me crié en el campo en una zona rural y tanto la primaria como la secundaria, como a mi padre lo trasladaron a Villa Huidobro, la hice allí. En ese pueblo estudié en el colegio Los Sagrados Corazones de la Congregación de la Misericordia.Estuve pupila de lunes a viernes. Vivía en el convento. En tercer y cuarto año del secundario comencé con la idea de seguir medicina. Finalizada esa etapa de estudios fui a la Universidad Nacional de Córdoba hasta recibirme de médica.
Me casé, tuve hijos, trabajé, como todos. Pero puedo decirte que se me abrió “la mente y tuve una gran motivación” cuando el Papa estuvo en Brasil. Ya siendo profesional, ese fue un viaje especial… En Río de Janeiro el mensaje de Francisco que expresó algo sobre la niñez y la tercera edad me impactó sobremanera… ”Hay que cuidar la infancia y la tercera edad”, dijo. Mis hijos eran pequeños y tenía a mis padres: creo que inconscientemente vinculé el mensaje a ellos. Allí, por esos días conocí a una monja, Beatríz Veronelli, a ella la ubiqué en medio de una multitud…Nos sacamos una foto... y quedó todo ahí. Ella era de la congregación que te había citado.
¿Y qué pasó al regreso... en Alta Gracia?
- Una vez en mi casa le comenté lo sucedido a mi esposo. No tenía nada de ella, pero en la Misericordia me proporcionaron el teléfono. Bety sólo me había mandado a rezar. A mi marido le había manifestado que tenía ganas de hacer “cosas”, que ese viaje me había movilizado. Luego finalmente hablé con ella, con Bety; más tarde con la Madre Superiora. La idea era irme al Chaco de “Misión”. En el primer viaje (octubre del 2013) fuimos con una trafic alquilada, sacamos los asientos de atrás y la llenamos de cosas, me acompañó mi marido, una médica amiga, una odontóloga, nuestro hijo más grande, una psicóloga, otro amigo. Fuimos siete personas.Allí pudimos entrar y padecimos una realidad distinta. Desnutrición, desolación, gente aislada…Fue en ese momento que me dije “aquí vuelvo…pero vuelvo distinta”…Los políticos ese sitio de la Argentina es el que no quieren ver, porque de otra forma, esos pobladores no vivirían como viven. .No la tienen en su agenda.
¿Qué es El Impenetrable?
- Para mí es desafío, pasión, quien entra al monte vuelve otra vez, el monte te atrapa…
¿Cómo funciona la fundación?
Nuestra fundación está conformada por personal de salud en su mayoría. Por voluntarios que enseñan talleres de costura, tejido, pintura, peluquería. Luego quienes están en logística son los que se encargan de casi todo. Trabajan más que el resto, son los maestros, arman gazebos, hospitales en el medio de la nada…los de campaña, cocinan. Una parte importante es la que prestan los alumnos de medicina, de psicología, veterinaria. De a poco se van incorporando de distintas áreas.
O sea que el funcionamiento de Uds. conlleva ayuda de todo tipo…
- Sí, prácticamente funcionamos como una clínica ambulante. A la gente le hacemos un seguimiento. Tenemos historias clínicas propias. Al año los volvemos a ver. Además llevamos nuestra farmacia; tenemos stock de medicamentos para dejarle a la gente. Gracias a las ginecólogas y obstetras hacemos papanicolaou y colposcopía. Los estudios los enviamos a Mar del Plata, donde allí los leen. Luego devolvemos los resultados a cada zona para iniciar los tratamientos.
Doctora sus hijos y marido ¿son parte del equipo?
- Tanto mis dos hijos como mi marido están colaborando en todo. Los dos siguen medicina, Salvador está en cuarto año y Valentín recién comienza. La fundación es parte de nuestras vidas, mi marido está muy metido también. En casa es como “la cocina”, aquí se hace todo.
¿Cómo hacen para solventar los gastos?
- Hay mucha gente que nos ayuda. Tanto con la nafta y con otros gastos. De esa forma podemos llevar la tarea adelante. Pero, no recibimos ayuda política, por eso es que podemos opinar y hacer muchas cosas libremente.
Reflexión final y un mensaje para quienes deseen ayudar…
- Todo el que quiera ayudar puede hacerlo, porque en nuestro caso (a modo de reflexión final) lo que hacemos nos gratifica y a la gente de esos sitios les sirve y mucho. Los que quieran ayudar pueden hacerlo con alimentos no perecederos, juguetes, no ropa…eso es complicado, porque muchas veces lo que se dona no está en perfectas condiciones…
Una vida, otras vidas, una Argentina, otra Argentina. Córdoba, Chaco, Salta, todo un entorno de ayuda y necesidades que se entrelazan cuando el propio Estado está ausente.