Médico denunciante de las fumigaciones despedido por ocuparse de sus pacientes

Médico denunciante de las fumigaciones despedido por ocuparse de sus pacientes

Gentileza Agencia Farco

El doctor Medardo Ávila Vázquez fue despedido de la Clínica Privada Caraffa, de la ciudad de Córdoba, por pagar con su dinero una medicación a un niño de 2 años. La excusa fue que “ésta no es una clínica de caridad”, según contó el médico a Radio Comunitaria El Brote.

La clínica era propiedad de un grupo de médicos, que se han ido jubilando y ya no se desempeñaban en el lugar, y hasta entonces trabajábamos con una clave biosanitaria de atención y cuidados como cualquier hospital. Ellos administraban para hacer su negocio y que esto se mantenga como un lugar de trabajo. Pero ahora quedó en manos de un abogado y una contadora, con criterios de management bien neoliberales y ya veníamos con problemas desde hace un tiempo» ,describió Ávila Vázquez sobre la situación previa a su despido.

Después de dieciocho años de estar al frente como jefe del Servicio de Neonatología y Pediatría en la clínica privada, la relación laboral terminó. Según su relato, «todo se agudizó tratando a un nenito que recibimos de Villa de María de Río Seco, ya en muy mal estado, que terminó siendo una leucemia» . El niño tenía una situación inmunitaria compleja, además de estar afectado por las fumigaciones con agrotóxicos. «Sabemos que una madre expuesta a agrotóxicos tiene más de dos veces el riesgo normal de que el hijo desarrolle una leucemia durante la infancia» .

«Tenía una situación inmunitaria realmente trágica, no sólo por su condición de niño fumigado e hijo de una madre fumigada» .Vázquez, que también es docente universitario e integra la Red de Médicos de Pueblos Fumigados, aseguró que el contexto en el que llegó el niño era una «situación desgarradora» por lo que decidieron, junto a enfermeras, bioquímicas y demás personal «protegerlo con el mayor cariño posible» . En un momento, siguió el médico, debían utilizar un medicamento que no estaba disponible. «Así que decidimos comprar el medicamento que no es muy caro en la farmacia de la esquina y el lunes nos reprendieron duramente por esto y ahí se manifestaron las dos visiones contrapuestas. El cuidado de la salud y el negocio del control de la empresa por parte de esta gente que terminó con mi despido. Lamentable”.

Ante la compra del medicamento de 470 pesos las autoridades aseguraron que no se trataba de una «clínica de caridad». «Claro que no es una clínica de caridad, es una clínica de salud» ,sostuvo el médico, y agregó: «Nosotros no hacemos todo eso para ganarnos el cielo, lo hacemos porque el trabajo de salud es cuidar a personas dolientes, tratar de ayudarlas o de acompañarlas aunque sea. Y eso es lo que hacen los equipos de salud en todos lados. En los hospitales, en las clínicas, en los centros de salud, tratamos de contener y de ayudar a la gente. Y los que ven esto como un negocio lo ven desde otro punto de vista y ahí hay un choque y esta gente no va a aprender, no va a cambiar, así que me despidieron a mí» .

 

 

Como referente de la Red de Médicos de Pueblos Fumigados, Ávila Vázquez investiga y conoce a fondo la situación de estas poblaciones que sufren las fumigaciones. En ese marco, detalló que los estudios hechos por el CONICET muestran que la exposición al glifosato produce ruptura en la cadena de ADN y causa lesiones en los núcleos de las células de las personas. «Si esto no es reparado va a terminar generando un nido de células cancerígenas. Y en caso de que haya una fecundación de un nuevo niño, esas mismas células con los genes afectados pueden provocar malformaciones o abortos espontáneos» ,explicó.

El médico contó en la radio comunitaria cordobesa que muchas familias de pueblos aledaños llegan a la clínica con problemas generados por la fumigación con agrotóxicos. En ese sentido, aseguró que la «tasa natural» de niños y niñas que nacen con malformaciones es del 2 por ciento. Este número se triplica en las poblaciones fumigadas «y las terapias de neonatología se nos llenan de niños con malformaciones en una cantidad que nunca habíamos visto antes y nos encontramos con que las familias vienen de estas zonas» .