Un cordobés lo ganaba para la Roma, pero finalmente se consagró Sevilla

Un cordobés lo ganaba para la Roma, pero finalmente se consagró Sevilla

Dybala le daba la victoria a la Roma y finalmente perdieron por penales

R.O.S

 

El partido lo comenzó ganando la Roma en el Puskas Arena de Budapest. El gol fue convertido por el cordobés Dybala. El empate llegó en el segundo tiempo con un gol en contra de Mancini, de pésima actuación al igual que Cristante, dos defensores de la selección azurra.

 

Claro que un penalazo no le fue cobrado en el trámite del complemento a la Roma y Mourinho, saltó por los aires en la conferencia de prensa. La verdad es que esta copa está hecha para los españoles. Si no la ganan por mérito, la ganan por el VAR o los arbitrajes. En esta ocasión, el perjudicado fue la Roma italiana. Y en la definición por penales, Montiel lo había errado y por un “supuesto” adelanto del arquero portugués de la Loba, lo pateó nuevamente convirtiéndolo. Fue victoria por penales de Sevilla. Un robo, simplemente un hurto desmedido.

Ante todo, hubo cuatro argentinos campeones Acuña (que no jugó por estar suspendido, pero que participó de toda la competencia); Lamela, Ocampos y Gómez que no participó en la final.

En la tanda, Mancini e Ibañez fallaron el segundo y tercer lanzamiento de los romanos, respectivamente. Sí que marcaron los sevillistas Ocampos, Lamela y Rakitic, antes de que emergiera Gonzalo Montiel para anotar el penal decisivo después de que el árbitro lo mandase repetir, ya que Rui Patrício lo había atajado “ilegalmente”.

El defensa argentino, que ya dio a su selección el título de campeón en el pasado Mundial transformando otra pena máxima en la tanda definitiva, vivió la gloria otra vez desde los 11 metros. Engañó a Rui Patrício, con su segundo disparo al lado opuesto, y abrochó el séptimo entorchado del Sevilla en su competición fetiche.