La historia de Sajen, el  violador serial más cruento de Córdoba
La historia de Sajen, el  violador serial más cruento de Córdoba

La historia de Sajen, el  violador serial más cruento de Córdoba

 

A 37 años de su primera violación

Por R.O.S

 

"Ya estoy jugado, solo quiero que no mezclen a mi hermano, que no tiene nada que ver", pidió a los dos agentes que entraron a la casa donde estaba escondido. Su estatura no sobrepasaba el metro setenta y pesaba 83 kilos. Marcelo Sajen presentaba rasgos psicológicos que le remarcaban su enfermedad hacia los delitos sexuales.

Hasta el último momento, Zulma Villalón creyó en la inocencia del hombre del que se había enamorado 22 años antes. Tan convencida estaba que, cuando ya se había desatado la cacería para dar con él, ella se presentó en los Tribunales de Córdoba con uno de sus hijos y ofreció que le sacaran sangre para un examen genético que, pensaba, sepultaría todas las sospechas que a esa hora habían convertido a su esposo en el enemigo público número 1 de la provincia.

La ciencia criminalística le daría una bofetada: con la sangre del chico y el ADN obtenido de un pelo en un peine y de un cepillo de dientes se confirmó que el semen hallado en algunas de las víctimas del violador serial que hacía años asolaba la zona de Nueva Córdoba era de Marcelo Mario Sajen, la bestia, el sátiro del identikit que el entonces gobernador, José Manuel de la Sota, blandía mientras afirmaba que el sospechoso había sido identificado y estaba cercado. Que él era quien había violado, en dos períodos, entre 1991 y 1999 y entre 2002 y 2004, a casi un centenar de mujeres.

¿Por qué el caso del violador serial tardó tanto en trascender? Porque en los primeros años las denuncias eran pocas, estaban en distintos juzgados y nadie las vinculaba entre sí. Recién en 2003 se empezó a tejer un hilo conductor. Un año después, una víctima -que se presentó con el nombre ficticio de Ana- difundió ciertos datos por medio de un correo electrónico.

¿Quién era, cómo actuaba con tanta impunidad, cómo resultaba imposible cercarlo? Las investigaciones eran caóticas y los identikits confeccionados -se supo después- estaban lejos de señalar un parecido con Sajen.

"Pido disculpas en nombre de mis hijos y mío. Por favor no sientan odio ni rencor contra mí y contra mis hijos", clamó Zulma. Ella también se quiso suicidar: desconocía que había convivido con un monstruo. Un 14 de septiembre de 1985, Sajen violó por primera vez; fue en Pilar, una localidad a media hora de la ciudad de Córdoba. Cayó preso y fue condenado a seis años de prisión. El secretario del juzgado que llevó ese caso era Juan Manuel Ugarte, que en 2004 fue el fiscal de la causa del violador serial.

La psicosis no tenía freno. Gustavo Camargo, un verdulero, estuvo 41 días preso. Una víctima lo vio parecido y lo denunció. Lo salvó su ADN. Fue el que más tiempo detenido estuvo de los varios que vivieron situaciones similares. Una joven, de 20 años, estudiante, contó que un hombre (Sajen) la abordó en una transitada avenida de Nueva Córdoba y, amenazándola con que la "cortaría toda", la llevó hasta un baldío y la violó. "Hace tres años decidí venir a estudiar a Córdoba... con todo lo que eso implica”, había expresado...

Su manera de atacar y el perfil de sus víctimas no cambiaron en la década en que Sajen sembró el terror en las calles cordobesas. Elegía mujeres de menos de 25 años, no más altas que él y de contextura pequeña, a las que podía dominar físicamente. Con la mano derecha las agarraba; en la izquierda tenía una pistola o un cuchillo. Actuaba de noche y les prometía a sus víctimas que no les pasaría "nada". Caminaban juntos muchas cuadras -no importaba si había gente- hasta un baldío, donde las violaba. Y las abandonaba luego de robarles lo que tuvieran.