
La historia de BRENNUÖLD: El comienzo de la hechicería
La hechicería, tanto la blanca como la negra, se practicaba comúnmente en Islandia hasta el siglo XVII, cuando tuvo lugar lo que se conoce como la “BRENNUÖLD” islandesa, “La Edad Del Fuego”, que corresponde al avance del Cristianismo en la isla, y durante la cual más de 200 personas fueron acusadas oficialmente por practicar hechicería o por tener posesión de peligrosos artefactos mágicos.
El tema predominante de las persecuciones islandesas es que cuando alguien se enfermaba o sufría un accidente, simplemente culpaba de su desgracia a una persona en particular, alguien que no le gustaba… La persona acusada, en consecuencia, tenía que demostrar más allá de toda duda que no era un hechicero. Pero si se encontraban en su poder artefactos mágicos, como piedras de formas extrañas, anotaciones con símbolos rúnicos, piezas de madera con inscripciones sospechosas o plumas de cuervo, el caso se cerraba de inmediato y un “hombre de Dios ungido” tendría una pira encendida sobre la cual el hereje era quemado cuidadosamente «ad majorem glorium Dei».
El año 1654 marca el comienzo de la persecución islandesa con tres personas quemadas en la hoguera, y el último caso tuvo lugar en la llanura aluvial Arngerðareyri, en la bahía de Ísafjarðardjúp, en 1683.
Durante la “BRENNUÖLD”, la “Era Islandesa Del Fuego”, 20 personas, la mayoría hombres, fueron condenados a muerte y quemados en la hoguera.
En la actualidad, Islandia es el hogar de una congregación religiosa pagana activa que se suscribe a la antigua mitología islandesa de Ásatrú, y muchos islandeses modernos todavía practican rituales paganos, aunque solo unos pocos permanecen fieles a la brujería original de la antigüedad.