Cordobeses por el mundo
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 Circo, ilusiones y un trabajo plagado de bondades

Ariel Heredia presenta una historia mezcla de rebeldía con ilusiones. De pequeño se escapó tres veces de su hogar para irse con los circos que pasaban por su barrio: “Finalmente, mis padres entendieron que esta es mi vida". Su fascinante aventura y su vida desde hace un año en El Cairo, según detalla: “a diferencia de lo que pasó en la Argentina, aquí los circos trabajaron hasta en época de pandemia”. A las puertas del emblemático río Nilo, el viento Khamsin sopla permanentemente; pero parece hacerse más fuerte en un estrecho pasillo, que separa la carpa del Circo Mundial de la fila de viviendas de los artistas.

 

“Desde que nos establecimos en El Cairo,  tenemos dos funciones por día. Aquí en Egipto cuando sucedió el tema de la pandemia, se manejó muy distinto que en otras partes. Y las estadísticas demuestran que eso dio resultado”, expresó en una entrevista a un cronista argentino que lo ubicó por zoom, para el portal de Infobae.

El mago de Córdoba está a unos 12.000 kilómetros desde Egipto respecto de su tierra natal, pero según le cuenta Julio Lapos “su esposa también es artista de circo” . “Por ejemplo, la ropa que utilizo para mis funciones las hace ella. Mi mujer trabaja conmigo desde hace 7 años. Y hace 8 años que estamos juntos como pareja".

“En mi caso, vengo de una familia tradicional cordobesa pero mi viejo era fanático del circo y siempre me hablaba y me contaba historias de cuando él era chico y trabajaba en el Circo del Tony Tachuela en Córdoba, que es de la familia Muñoz, y yo crecí mamando esas historias. Entonces, cada vez que venía un circo a Córdoba yo salía corriendo a pedir trabajo para vender, para hacer lo que fuera con tal de estar, mirar la función... Y bueno, llegó a tanto mi amor que yo me escapé de mi casa a los 13 años con un circo. Obviamente mis viejos me fueron a buscar de los pelos y me trajeron de una oreja de vuelta a la casa. Me escapé tres veces más hasta que entendieron que yo amaba esa vida, que me gustaba mucho el circo. Así, con el permiso de mis viejos y la anuencia del dueño de ese circo, porque yo era menor, me fui con la caravana. Empecé a trabajar como peón, armando, desarmando, ayudando a los artistas en la pista, hasta que Cotito -que es uno de los mejores payasos argentinos, de la familia Segura- me dio la chance... En ese caso la oportunidad fue por Luis Segura, Cotito era su suegro. que era el jefe de payasos, y me dio la vía libre para trabajar con él de payaso. Esa fue mi primera actuación en un circo”.

Sus viajes por el país

“Viajamos por toda Argentina. Después regresé a Córdoba, me volví a ir con otro circo. Estuve con muchos como empleado, después fui al Rodas en su época dorada, pero siempre queriendo aprender. Más adelante me apasionó la magia y empecé a prepararme para ser mago. Empecé a fabricar mis propios aparatos ya que es muy cara la magia Me transformé en un autodidacta. Y trabajé muchos años como mago en diferentes espectáculos de circo en Argentina”.

En verdad como la profesión lo exige, son una familia nómade…”ahora estamos en El Cairo –agrega-, mientras que el año pasado estuvimos dos años en Argentina. Anteriormente estuvimos un año en Centroamérica. Hace 6 años cuando nació mi hija estuvimos también un año en Centroamérica. Yo estuve 12 años trabajando por todo el mundo, porque laburaba en cruceros. Siempre he viajado. He sido muy afortunado. Y siempre haciendo lo que me gusta ¿no? Que es la magia. Trabajaba con el muñeco, yo soy ventrílocuo. Se llama Benito".

Su morada en nuestro país, ahora está en Catamarca, allí vive su madre. “La casa de mi vieja, está en el barrio Altos de Choya. Mi esposa, Crisitina Ponce, nació en Tucumán, pero es afianzada y criada en Catamarca. Mi nena nació en Guatemala. Y cuando ya tenía 2 años la nacionalizamos argentina”, resalta.

Atrás las banderas del país árabe

Lo que desea fervorosamente Heredia es romper, resquebrajar un mito. Porque cuando dicen “che, pero los países árabes, Egipto, ¿no será peligroso?”. Y veníamos así, hasta que llegamos. Pero después de varios días pudimos comprobar que hay una falsa propaganda con respecto a lo que es El Cairo, a lo que es Egipto y a lo que es la gente. Vos acá podés andar en la calle. Para que vos tengas una idea: en medio del mercado donde prácticamente caminas como en un hormiguero, podés ir con un iPhone de última generación en un palo de selfie, grabando y contando dólares en la otra mano. y no te pasa nada. Hay mucha seguridad. La gente, el egipcio es muy amable. Son muy simpáticos. Como público son excelentes. Nos sorprendimos gratamente porque obviamente veníamos con ese miedo, con que muchos compañeros me decían “vos estás loco, ¿te vas a ir a El Cairo? Ahí enseguida te ponen una bomba”…Una locura lo que se percibe desde nuestro país y otros sitios del mundo.

Ariel Heredia y su pareja

Egipto es una nación con gente superamigable, finaliza nuestro amigo de Córdoba, quien cuando retorna al país va a Catamarca y que viaja por todo el mundo aunque por ahora, su país central es Egipto y más precisamente, su casa está en la populosa El Cairo.