Entrevista al actor cordobés de la película del momento

Entrevista al actor cordobés de la película del momento

Desde el estreno de La Sociedad de la Nieve, película que cuenta la historia de la tragedia de Los Andes de 1972, los testimonios de emoción no han dejado de circular; felicitando a todo el equipo de trabajo por traer una producción que reivindica la historia de cada una de las personas que estaba en ese avión. 

“Esta peli es una oda a la vida, pero sobre todo una oda al cariño y al amor de los amigos”, expresó Santiago Vaca Narvaja, el actor unquillense que interpreta a Daniel Maspons, un jugador uruguayo de 20 años.  


 

Santiago Vaca Narvaja es uno de los actores argentinos que forma parte de la película La Sociedad de la Nieve; una producción que relata la tragedia de los Andes, cuando el vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya, en el que iban integrantes del equipo de Rugby Old Christians junto a algunos amigos y familiares, se estrelló contra una montaña de la cordillera del lado chileno. 

Esta producción contó con la dirección de Juan Antonio Bayona, director español que ha dirigido películas como El Orfanato y Lo Imposible y se basó en el libro que lleva el mismo nombre de Pablo Vierci. Narvaja, de 25 años, interpretó a Daniel Maspons, jugador uruguayo de 20 años que sobrevivió al impacto del avión pero luego murió en un alud. Oriundo de Unquillo este actor ha comenzado su recorrido con Cristian Salas en el colegio Nuevo MIlenio y continuo con Paco Gimenez en La Cochera, trabajando en diversas obras. Ha trabajado  con Rosendo Ruiz, director de De Caravana; con Hernán Espinosa en “El Gringo, el musical de Tosco”; y en el Polo Audiovisual de Córdoba

“Esta película la querían filmar hace 10 años, o sea hace 10 años se viene preparando la investigación. Entonces hay un proceso largo que nos lleva también a conectar con esta historia de una manera mucho más leal”, expresó el actor unquillense. “La premisa con la que se trabaja esta película desde el día 1 es el compromiso y el respeto, tanto para los que volvieron como para los que no”, agregó. 


Una entrega absoluta a la historia 

Código CBA: ¿Cómo fue el proceso para preparar tu personaje?

Santiago Vaca Narvaja: Yo tuve nueve meses de casting y el primer casting fue el 23 de diciembre del 2020 en pandemia. Esa fecha coincide justo con el segundo viaje en helicóptero que se hace para rescatar al grupo que quedaba de sobrevivientes, a los 8 últimos.Tuvimos nueve meses desde casting donde poco a poco me iba dando cuenta de qué proyecto era el que se venía por delante, entonces uno se va preparando para ciertas cosas, aunque nada de lo que imaginé nada de lo que lo preparé creo que esta a la altura de lo que es y lo que fue el rodaje de esta película sobre todo porque somos todos caras nuevas, somos todos chicos nuevos sin tanta experiencia y mucho menos en una película como esta que es de las producciones más importantes de España y Latinoamérica también. 

En cuanto a la preparación, nosotros tuvimos dos meses de ensayo en los cuales estuvimos con tres coaches actorales entre ellos María Laura Berch (directora de casting de la película) y Gustavo Saffores, junto con ellos íbamos trabajando como la cotidianidad del personaje. Teníamos sesiones con Pablo Vierci  para que nos explicara un poco los vínculos de cada personaje, en mi caso yo fui Daniel Pons, el mejor amigo Roberto Canessa y se iban explicando ciertos vínculos y a su vez íbamos trabajando escenas que estaban fuera del guión como recuerdo. Por ejemplo, ensayamos una escena donde estamos tomando una birra, para que se genere una como un recuerdo verosímil de lo que pasó antes de que choquen en la montaña como para tener material para improvisar también.

En esos dos meses ensayando en Barcelona tuvimos dos acercamientos muy nutritivos y muy alternativos con la actuación, uno de ellos fueron sesiones de Gong, este platillo gigante que suena y te hace entrar en un estado meditativo muy importante muy profundo. Después trabajamos con la Respiración Holotrópica, una respiración circular consciente que lo que hace es que el intercambio entre dióxido de carbono y  oxígeno sea tan tan corto, tan breve que entres en un estado de apnea y en ese estado entras también en sesiones con el inconsciente  y con eso se genera un estado emocional muy fuerte porque uno llora, ríe, tiembla, grita, es realmente muy mágico; y es no es como la ayahuasca que tenés que ingerir algo, esto es natural y ayuda en las escenas de alta intensidad emocional, como por ejemplo, la primer noche después de chocar del avión, que se necesita llegar a un estado que es muy difícil si no tenés una preparación previa.

Y respecto al personaje, yo creo que siempre el personaje está en construcción y está en transformación. O sea uno va a trabajar y no es que tiene el personaje ya hecho ya resuelto porque el cine también es muy incierto. Nosotros cuando estuvimos en la montaña, en Sierra Nevada donde grabamos, vivimos dos tormentas que se llaman Calima que son tormentas que vienen arena del Sahara y de repente estaba toda la montaña de nieve blanca, marrón. Entonces así como hay imprevistos técnicos también obvio  imprevistos en escena, entonces también está bueno tener herramientas más que un discurso armado con un personaje construido, porque sino después se vuelve difícil de corregir claro. Aunque el guión era muy férreo, J (el director) nos daba mucho margen a la improvisación, había muchas decisiones improvisadas había muchas escenas que surgían la improvisación y así mismo también teníamos dos ingredientes que eran como muy fundamentales a la hora de la actuación nuestra: el frío y el hambre lo pasamos de verdad. 


CC: ¿Cómo fue eso?

SVN: En Sierra Nevada uno de los sets que teníamos en este centro de esquí era en el medio de la montaña y mi personaje tiene muchas escenas de caminata y yo tenía que salir a caminar. Teníamos por supuesto calza térmica, remera térmica, medias térmicas, pero caminamos en mocasines, entonces el mocasín no es impermeable se filtra, entra agua y se mojan las media y se congelan entonces había muchos momentos de mucho frío que no son actuados, al igual que el hambre.

El cine tiene la magia de que se puede rodar con una cronología distinta a la que se ve en pantalla. Nosotros arrancamos a filmar la película con las escenas inmediatamente después del accidente, después de que chocara el avión. Entonces nosotros al principio ensayando, subimos de peso para poder después bajarlo. Yo en dos meses subí 14 kilos y después cuando empezamos a filmar en Sierra Nevada que fueron tres meses y dos meses más que como fui quedando, porque me requerían para escenas, bajé los 14 kilos. Nosotros comíamos una vez al día y volviamos de 12 a 14 horas de trabajo, forzamos la puerta del gimnasio del hotel que ya estaba cerrada porque eran las 11 de la noche y corríamos en cinta para quemar calorías.

Una celebración de la vida 

CC: ¿Cuáles son tus próximos proyectos?

SVN: Mi casa es Córdoba y es unquillo. Mi idea siempre es poder actuar en producciones cordobesas porque es mi casa y es el lugar donde me siento feliz y cómodo. Después sucede que el oficio nuestro es tan incierto que es complejo pensar y planificar y uno no deja de hacer casting. Yo creo que la persona que quiera o desee ser actor tiene que tener en cuenta que la formación es el camino porque por más que tengas trillones de seguidores en Instagram, por más de que seas lo más hegemónico del mundo, hay que formarse. Y esto me lo dijeron siempre y yo al principio me enojaba pero realmente la formación te da muchas herramientas no solo para el teatro y no solamente para el cine, sino para la vida, entonces yo siempre voy a intentar formarme y la lectura es un gran aliado en este sentido

Esta peli superó lo imaginado. Me llegan muchos mensajes de gente de todo el mundo que decían que les había cambiado la vida, que es su peli favorita, la gente sale emocionada con ganas de abrazar a sus seres queridos. En tiempos muy oscuros, esta peli viene como anillo al dedo porque es una oda a la vida, pero sobre todo una oda al cariño y el amor de los amigos. 


CC: Volviendo un poco a Argentina, ¿cómo ves actualmente al cine argentino? Teniendo en cuenta este panorama de nuevas medidas que buscan, por ejemplo,  privatizar el INCAA. 

SVN: Voy a ser muy franco, es muy angustiante que la cultura se la ponga en duda y es muy angustiante que el secretario de Cultura, que ya ser Secretaría de Cultura es lo peor que nos puede haber pasado a nivel a nivel político, diga te quiere eliminar el Instituto del Instituto Nacional del Teatro, que tiene intenciones de privatizar el INCAA, cuando es un ente autárquico, o sea que no nos genera deuda porque se autoabastece. Es  realmente muy triste, acá la gente en España admira a los argentinos, el mundo admira a los argentinos y esta película está en gran parte protagonizada por argentinos más allá de uruguayos. O sea, hay un nivel de talento que está tan desperdiciado y es tan doloroso y hay tantas historias en Argentina para contar. Yo pensé que Argentina 1985 iba a ser solo el comienzo y acá estamos, retrocediendo abismalmente, entonces para mí es muy triste. Yo creo que siempre en estos momentos oscuros el arte es un espacio de resistencia y un espacio de creación donde lo único que habita es el amor y no el odio como en todo el resto de los espacios. También creo que saldrán cosas súper positivas porque los argentinos tenemos un carácter que nos etiqueta al mundo como luchadores. Somos unos guerreros y el objetivo que nos pongamos adelante lo vamos a cumplir, entonces yo creo que no está todo perdido, pero vamos a tener que pelearla mucho. En estos momentos uno tiene que hacer todo con menos dinero, pero yo le tengo siempre mucha fe a la cultura argentina porque en los momentos más oscuros es donde más cosas bellas han salido.