
Diferentes enfoques sobre la “colonización del continente americano”
Por Rubén Omar Scollo.
Antropólogo - Docente
Es posible formularse o considerar dos versiones que puedan definir cuál fue o cuál es la interpretación de la llegada de los españoles (europeos) al territorio americano. Si bien existen teorías que indican que los ibéricos no han sido los primeros en llegar, vale partir de la base de ciertos supuestos, como para que surjan notables percepciones.
El catedrático español (profesor de FLACSO y de universidades del “Viejo mundo”) analiza el suceso histórico realizándose una pregunta crucial. Mario Carretero, científico abocado a las Ciencias Sociales y a la Historia se pregunta ¿es posible considerar dos versiones, una de ellas, como si fuera la historia oficial; y la otra como no oficial? “Aunque pensamos –admite el historiador- que ambas versiones son la historia oficial en cada país. Es una cuestión muy compleja, de modo que correspondería comprender muchas más cosas sobre la distintas visiones y consideraciones”- comenta Mario Carretero-
Al describir el surgimiento de México como nación, pueden encontrarse esos dos enfoques detallados entre los propios investigadores mexicanos. Y eso ocurre no sólo en ese país hermano, sino también en toda Latinoamérica, incluyendo nuestro país. Aquí en nuestra provincia de Córdoba también en oportunidades ha sido puesto de manifiesto, si “hemos sido conquistados y sometidos o los europeos, han venido por equivocación y se quedaron para “darnos la mano del avance”.
Los historiadores mexicanos tienen dos enfoques elementales y vitales; uno de ellos es el llamado “indígena”, que afirma que ese país de Norteamérica ha existido siempre. El otro enfoque denominado “español”, que sostiene que el país se formó y comenzó a tomar forma como tal, a partir de la llegada de los conquistadores españoles.
Claro está que en diferentes etapas de la educación de ese país, se ha optado por enseñar uno u otro enfoque de acuerdo a quienes gobernaban la citada nación americana. Luego de producida la Revolución Mexicana, hecho ocurrido entre los años 1910 y 1917, surgió una posición, diríase más conciliadora y benevolente para aunar las partes. No obstante con el paso del tiempo, ambos puntos de vista se conformaron como enfoques incompatibles y la versión originaria o indígena se fue transformando en la historia oficial.
A partir de 1940 y hasta 1970, nuevamente debido a los gobiernos de turno, esas versiones fueron amalgamándose para mitigar los odios existentes entre blancos e indígenas. Aunque, de alguna forma, siempre suele estar presente y suele preservarse como “estado ideal” a la versión que sostiene la postura de los pueblos originarios.
Pero lo importante en cada proceso histórico es “el cómo se enseña”. Y en los libros de textos escolares mexicanos la unificación en base a una conciliación cuasi-obligatoria, es la que ha perdurado hasta estos días.
En realidad en todos los países conquistados siempre existen resquemores respecto de los pueblos que ciertamente fueron los que los han sometido. ¿O acaso en nuestro territorio argentino, no existe una ambivalencia marcada con los europeos, entre ellos con los británicos por las fallidas invasiones inglesas? ¿No han quedado rencores luego de la guerra por nuestras Malvinas? Y toda esa contextualización del ser humano no sólo atañe a nuestro continente, a nuestro país o a nuestra provincia, ya que esos hechos que llevaron a una dualidad conquistadores-conquistados, deviene desde las primeras civilizaciones.
Porque lo mismo pueden pensar los pobladores de algunos países europeos respecto de griegos y romanos; o países de Oriente y África, considerando a las potencias europeas como invasores de todos los tiempos. El ser humano es complejo y siempre estuvo agazapado en la búsqueda de poder y de tierras por conquistar, y eso no es de hace cuatro o cinco siglos atrás, sino que deviene de un pretérito no tan reciente.