Imperio Romano, historia y particularidades

Imperio Romano, historia y particularidades

Desde las fiestas de la toga de los estudiantes borrachos hasta los 12 millones de visitantes anuales del Coliseo, el poder de la antigua Roma ha resonado a lo largo de los siglos de muchas formas inesperadas. Los edificios, las tecnologías, las palabras y las ideas romanas siguen impregnando nuestro mundo, mientras que los gladiadores con cascos dorados, los emperadores vestidos de púrpura y las calzadas romanas rectas como flechas siguen siendo casi tan emblemáticos como lo eran en el siglo I d.C.

El legado cultural de Roma es tan grande que su lengua, el latín, todavía se enseña  en las escuelas, aunque no se hable desde hace más de un milenio.

Roma no fue uno de los mayores imperios de la historia

El Imperio Romano se considera, con razón, quizá el imperio más influyente de la historia, pero en cuanto a superficie ni siquiera figura entre los 20 primeros. Agrupado en torno al Mediterráneo, se extendía desde Portugal en el oeste hasta Irak en el este y desde Sudán en el sur hasta Escocia en el norte, alcanzando 5 millones de km2 (1,9 millones de millas cuadradas) en el año 117 d.C.

Una extensión "sin límites"

Es una gran cifra, pero sería superada cómodamente por los kanatos mongoles, los califatos árabes y los numerosos imperios europeos del siglo XIX. Roma ni siquiera fue el mayor dominio de su época, ya que quedó varios millones de kilómetros cuadrados por detrás del Imperio Han de la antigua China, y tenía aproximadamente la mitad del tamaño de los EE.UU. modernos.

Durante gran parte de su historia, Roma no fue un imperio en absoluto

Ruinas romanas submarinas

Hoy en día, Roma es sinónimo de césares con coronas de laurel que mandan imperiosamente sobre esclavos, soldados y senadores. Pero durante sus primeros 500 años, Roma fue una república, una especie de democracia que gobernaba mediante una serie de asambleas elegidas.

De hecho, Julio César, hoy la figura más famosa de Roma, nunca fue emperador. En los últimos días de la República Romana, fue senador, cuestor, edil, pretor, tribuno, cónsul y, brevemente, "dictador vitalicio", pero nunca emperador. El cargo de emperador fue inventado y ocupado por primera vez por su sobrino nieto Augusto en el año 27 a.C., 17 años después del brutal asesinato de César.Y no sólo esos datos y sucesos nos recuerdan a ese poderoso imperio, sino que el turismo que va a Italia hoy día, siempre pretende entre sus deseos, llegar a conocer el centro del mundo en épocas pasadas, no remotas.Adaptado al español por Ana Sabin Paz, redactora en español para loveEXPLORING.