Ipomea Violácea: La planta que los Aztecas utilizaban con "efectos embriagantes"

Ipomea Violácea: La planta que los Aztecas utilizaban con "efectos embriagantes"

Por Miguel Altamira. Corresponsalía Capilla del Monte.

Después de la conquista de México en 1521, varios escritores españoles narraron los rituales religiosos de los aztecas en los que se utilizaban las semillas de la Rivea corymbosa,  de efectos embriagantes. La ergina amida del ácido lisérgico o LSA, es el principal alcaloide responsable de dichos efectos. Con el tiempo se han descubierto distintas variedades botánicas que contienen los mismos alcaloides psicoactivos, como algunas Ipomoeas, la rosa lisérgica (Argyreia nervosa) y el cornezuelo del centeno.

Existen distintas plantas alrededor del mundo que contienen alcaloides de la familia del ácido lisérgico. Algunas de las más conocidas son la Ipomoea violacea (conocida en inglés como Morning Glory), la Ipomoea tricolor (también llamada tlitliltzin) y la Rivea corymbosa (el ololiuqui). Estos alcaloides también están presentes en el hongo Claviceps purpurea, conocido como cornezuelo o ergot. Todas estas plantas han sido utilizadas desde la antigüedad por sus propiedades psicoactivas y médicas.

La Ipomoea violacea y la Ipomoea tricolor son dos variedades que suelen confundirse y que algunos autores consideran como la misma. Son también enredaderas perennes de la familia de las convolvuláceas y nativas de América del Norte y América Central, aunque su cultivo se ha extendido por todo el mundo. Producen flores de colores púrpuras y azules, respectivamente, y las semillas son de color negro. Las semillas de distintas variedades de ipomea han sido utilizadas por los zapotecas, quienes las conocían con el nombre de bandungás o badoh negro, para distinguirlo del badoh, que era como llamaban al ololiuqui. Otro nombre utilizado era «las semillas de la virgen». 

El Claviceps purpurea es un hongo, conocido también como ergot, que parasita ciertos cultivos de cereales, en particular el centeno. En este caso se le conoce como «cornezuelo del centeno» por su forma de cuerno oscuro que aparece en las espigas. Desde la antigüedad se han conocido sus efectos venenosos, y distintos episodios de envenenamientos ocurrieron en la Edad Media. Al envenenamiento con ergot se le llamó «fuego de San Antonio». El cornezuelo contiene alcaloides psicoactivos, como la ergina, pero también tóxicos y venenosos, como la ergotamina y la ergotoxina, que producen fuertes síntomas físicos, como gangrena y pérdida de extremidades, que pueden llegar a ser mortales.

Un informe de los tiempos de la conquista española afirma que los aztecas disponían de una hierba que llamaban cóatl-xoxouhqui (serpiente verde), que contenía unas semillas llamadas ololiuqui. Acerca del ololiuqui, un misionero español decía que privaba de la razón a aquellos que lo consumían, y que era la forma en la que los nativos se comunicaban con el diablo, y experimentaban visiones atribuidas a la deidad que contenían las semillas.

Esta planta fue ilustrada en el Códice florentino de Fray Bernardino de Sahagún, quien también describió los usos medicinales de las semillas para tratar la gota y la «fiebre acuática», probablemente malaria, en combinación con otras sustancias psicoactivas, como los hongos, el peyote y las daturas.

El uso de estas semillas por parte de los pueblos aztecas está documentado tanto en informes como en murales, como el de Teotihuacán, datado en el año 500 d.C., en el que se representa una diosa madre azteca y a sus sacerdotes bajo una enredadera de ololiuqui. Los piuleros de Oaxaca las utilizaban para la adivinación, los mayas utilizaban las semillas en una bebida de aguamiel para entrar en trance, así como para tratar tumores. 

Las distintas variedades de ipomeas y la Argyreia nervosa contienen alcaloides de la familia de las amidas del ácido lisérgico. Los principales alcaloides presentes, responsables de los efectos psicoactivos, son la amida del ácido D-lisérgico, conocida como ergina y LSA/LA-111, y en menor medida la isoergina, chanoclavina y elimoclavina.

La isoergina no tiene efectos psicoactivos en dosis de hasta 2 mg, aunque sí sedantes, y puede que en dosis mayores pudiera tenerlos.

Las semillas de la A. nervosa tienen la mayor concentración de alcaloides de entre todas las variedades botánicas. El contenido aproximado es de 3 mg de alcaloides por cada gramo de semillas. De esta cantidad de alcaloides, un 22,68% es ergina (LSA), un 31,36% isoergina y en porcentajes menores la LAE (etilamida del ácido lisérgico), iso-LAE, chanoclavina, elimoclavina y ergometrina.

Las semillas de I. violácea son unas cinco veces menos potentes que las semillas de A. nervosa. Según análisis de Albert Hofmann, las semillas de la Rivea corymbosa (ololiuqui) contienen un 0,012% de alcaloides, mientras que las de la Ipomoea violacea contienen un 0,06%.

Las dosis de LSA/ergina no se han establecido claramente, ya que no existe investigación en humanos y apenas hay informes referentes al uso de la sustancia pura. Albert Hofmann, el descubridor de la LSD, reportó efectos medios-fuertes con una dosis de 500 microgramos administrados por vía intramuscular, y más tarde situó la dosis activa entre 1 y 2 mg por vía oral.

Las semillas de las plantas que contienen LSA habitualmente son pulverizadas y se dejan en remojo con agua fría durante unas horas. Posteriormente se filtra el agua y se ingiere. Algunas preparaciones se hacen también mediante extracciones alcohólicas, o mezclando el agua filtrada con bebidas espirituosas.

Existe gran variedad en las dosis de semillas utilizadas. Distintas variedades tienen distintas concentraciones de alcaloides y además las condiciones de crecimiento de la planta influyen también en su potencia. Por ello, muchos informes contienen informaciones muy diversas en cuanto a la cantidad de semillas utilizadas.

Los chinantecas y zapotecas de Oaxaca suelen usar trece semillas de ololiuqui (Rivea corymbosa) pulverizadas.

Las dosis de A. nervosa suelen ser de cuatro a ocho semillas. Habitualmente se recomienda rascar la capa blanquecina que recubre las semillas para reducir vómitos y molestias gastrointestinales, aunque en muchas ocasiones las semillas que suelen adquirirse no presentan esta capa.

Las dosis de ipomeas resultan algo más confusas debido a las ambigüedades en la clasificación taxonómica de las distintas variedades. Las cantidades de semillas de I. violacea están entre los 5 y 10 gramos, alrededor de 6 a 13 semillas. En el caso de la I. tricolor, se requieren de 50 a 400 semillas.

Habitualmente se comparan los efectos de las semillas que contienen ergina/LSA con los efectos de la LSD. Sin embargo, en los distintos estudios y reportes de usuarios sobre los efectos de las semillas de Ipomoea y Argyreia no se describen efectos psicodélicos clásicos, y los efectos que predominan son la sedación y la fatiga, con una pequeña presencia de cambios perceptuales y cognitivos, como alteración en la visión de los colores y elevación del estado de ánimo.

Por ello, los efectos de las semillas que contienen ergina/LSA no deberían compararse a los de la LSD ni otros psicodélicos clásicos, ya que si bien pueden proporcionar experiencias en las que haya introspección y ligeros cambios perceptivos, sus principales efectos son sedantes y no psicodélicos. Además, la ergina tiene unos efectos somáticos de los que carece la LSD, como son sensaciones corporales desagradables y sensación de intoxicación.

Los efectos, cuando las semillas son ingeridas por vía oral, suelen presentarse entre 40 y 90 minutos tras su ingestión, y los efectos máximos se alcanzan hacia las 2 h o 2:30 h. La duración total de los efectos suele ser de unas 5-8 horas, aunque en algunos casos los efectos persisten durante más tiempo.

Las semillas de Ipomoea y Argyreia tienen efectos físicos bastante notorios y desagradables, como dolores abdominales, náusea y vómitos, mareo, fatiga y sensación de vértigo. También se produce un aumento de la presión arterial, y pueden aparecer temblores musculares. En la mayoría de personas se produce una cierta somnolencia y una disminución en la actividad motora.

La mayoría de los informes de personas que han consumido las semillas de Ipomoea o Argyreia describen efectos sedantes, apatía y letargo, y a dosis mayores pueden aparecer fenómenos visuales, en forma de patrones geométricos, intensificación de los colores, y cambios en la percepción y en la autoimagen.

Se ha descrito la sensación de somnolencia y de vivir un estado onírico, en el que puede haber sensación de insight, pensamientos de cariz filosófico y donde puede aparecer también confusión.

En la mayoría de los países, la sustancia pura está controlada y es ilegal venderla y poseerla. La ergina/LSA es una sustancia controlada en el Reino Unido en la lista A, como precursor de la LSD. En Estados Unidos está incluida en la Lista III.

Sin embargo, los productos vegetales que contienen LSA, como las semillas de estas distintas plantas no están controladas, y por tanto son legales de vender y poseer. El cultivo de estas plantas no está controlado.

Una de las dificultades más notables a la hora de utilizar las semillas que contienen LSA es la variabilidad de potencia de las distintas variedades de semillas, e incluso la variación de potencia en semillas de una misma especie. Además, puede resultar difícil identificar la variedad de semillas que se está utilizando. Por ello, resulta difícil controlar la dosificación.

Análisis de los productos vendidos como legal-highs con el mismo nombre comercial han observado que éstos pueden contener una cantidad variable de alcaloides, por lo que su potencia puede variar también en función del lote y las semillas de las que proviene el producto.

A esta dificultad se le añade la variabilidad en la respuesta individual. En estudios con dosis estandarizadas, distintas personas han tenido efectos muy variables con la misma dosis, lo que sugiere que cada persona puede tener una respuesta muy distinta a esta sustancia.

Dosis medias y elevadas han provocado episodios de confusión, desorganización del pensamiento y hasta síntomas psicóticos temporales (en al menos dos casos documentados en la literatura científica), así como efectos físicos muy desagradables. Por ello, aunque la mayoría de los informes relatan efectos sedantes y poca psicoactividad, es importante ser prudente con la cantidad de semillas que se utilizan.

Se ha informado de efectos más intensos, y de un caso de suicido bajo los efectos de estas sustancias combinadas con otras como alcohol o mariguana.