Leyendas Urbanas: el asesinato del último cacique comechingón

 Leyendas Urbanas: el asesinato del último cacique comechingón

 

Por R.O.S

En las cercanías de  Capilla del Monte y San Marcos Sierras existían, una Infinidad de cultivos, tanto huertos de verduras y granos, como de frutales. Los habitantes trabajaban sus tierras y cosechaban su propio alimento. En esa época, en la que los campos se extendían hasta el infinito, la familia de Polo Tulian vivía en El Rincón: Un caserío perdido en el monte de San Marcos.

El  matrimonio tuvo 10 hijos y todos moraban en una tapera de adobe. Este era el núcleo familiar del último cacique comechingón y de allí surge la leyenda de su muerte. Semanalmente cargaban el carro y viajaban hacia Capilla del Monte por el ondulante camino de las sierras para vender sus productos.

En esos tiempos no era fácil sostener  una chacra y alimentar a  una familia numerosa. Por eso, el matrimonio, buscó alguien que les diera una mano. Ese ayudante fiel sería Don Blanco, hijastro de Don Laborato, un residente acaudalado de Capilla del Monte. Al principio, Blanco quiso asociarse, aunque de campo no sabía nada. Sin embargo, guiado por la ambición, buscó estar cerca de la familia Tulian para quedarse con sus tierras.

Cuentan las voces que conforman esta leyenda, que en cierto momento y cuando las niñas de la familia  jugaban en la chacra, Blanco vigilaba todo escondido tras los pastizales. Sus intenciones eran siniestras y con la intuición e inocencia de la niñez, las niñas se asustaron. Sin saber cómo justificar la sospechosa situación, el hombre comenzó a insultarlas e incluso las agredió físicamente. Polo, enterado de lo acontecido, salió a pedirle explicaciones. Blanco, enfrentándolo, le dijo que no tenía que comentar nada y que si no soportaba su presencia, lo  mataría. Ese mismo día  vuelven a trenzarse en una discusión, ya que no era la primera vez que Polo veía en él actitudes sospechosas.

Cansado de los enfrentamientos, Blanco sacó su revólver con total impunidad y le asestó un tiro en la frente. Ese primer disparo no logró matar a Polo, sin embargo, con la caída del cacique, Blanco aprovechó y le disparó un segundo tiro en el estómago. Al escuchar los disparos Salomé, la esposa del referente comechingón, corrió al encuentro de su marido que yacía tirado en la calle, y herido de muerte. Las balas lo habían herido profundamente. Agonizando, Polo alcanza a decirle a su mujer que Blanco le había disparado.

El cacique de sangre fuerte y comechingona, estuvo 4 horas agonizando y esperando a que algún juez asistiera para hacer el peritaje necesario. Una vez asistido, muere en el quirófano cuando intentaban extraerle la bala de la cabeza.

Salome Tulian tuvo que hacerse cargo sola de la crianza de sus 9 hijas y su hijo varón, que con el tiempo pasó a ser el sostén de la casa. De Polo Tulian,  el último cacique Comechingón, no hay ningún registro. Solo las hablas populares que lo recuerdan con cariño, y las anécdotas que cuentan sus hijas.