Andrés Brarda: “estamos sin trabajo hace cuatro meses”.

Andrés Brarda: “estamos sin trabajo hace cuatro meses”.

Por Federico Isaurral, corresponsal Villa María.

Andrés Brarda, dramaturgo, director, productor, docente teatral, y presidente de la Asociación Civil Sin Fines de Lucro Teatro de Herejes, habló con códigocba.com sobre la situación que atraviesa la cultura de Villa María.

¿Cómo afectó el decreto de aislamiento preventivo y obligatorio a Teatro de Herejes?

Como a todo el sector cultural, nos afectó ferozmente. Cuando comenzamos el año no estaba en nuestras posibilidades algo así. Alquilamos un espacio que nos costó mucho levantarlo y no lo pudimos inaugurar. Más las giras y funciones canceladas, estrenos suspendidos, talleres sin dictar.

Estamos sin trabajo hace cuatro meses. Claramente nos encontramos frente a una tragedia y todavía en la instancia de asimilación, porque cuando la vida retome a la supuesta normalidad, ¿habrá margen para que las salas vuelvan a estar llenas de espectadores? ¿Cuánto tiempo necesitaría el público para animarse a volver a una sala?

¿Qué actividades venían realizando antes de la pandemia?

Veníamos con muchos proyectos artísticos en marcha. Pero el más importante del colectivo era salir de la precarización laboral, mejorar las condiciones de trabajo, pero la pandemia nos puso en jaque, y ahora hay que mover las piezas con mucho cuidado sin que se no caiga ninguna, porque estamos en una situación de mucha vulnerabilidad.

¿En qué condiciones se encuentra en estos momentos el Chalet Dr. Scopinaro (ubicado en Lisandro de la Torre y San Juan)?

El Chalet Hereje, patrimonio histórico de la ciudad, se encuentra en la instancia final de su recuperación y restauración. Recordemos que el edifico se encontraba prácticamente abandonado, deteriorado y muchas veces en riesgo de extinción por diferentes situaciones de saqueo y usurpación. Teatro de Herejes con el apoyo de los villamarienses realizó un esfuerzo enorme para levantarlo, y ahora nos encontramos buscando estrategias para sostenerlo y poder perdurar, porque entendemos que es un lugar de alto impacto para la historia y la cultura de la ciudad de Villa María, por tal motivo el Chalet no es nuestro sino de la comunidad toda.       

¿Cuál es el panorama actual de la escena teatral villamariense y sus trabajadores?

Hay una suerte de unión, de hermandad, que está atravesando una etapa de inflexión, donde se comenzó a barajar y dar de nuevo. Y quiero creer que a partir de este momento si alguien hace trampas en el juego, se les corta las botas. Y con el pie adentro. Porque hay una aparición franca y arriesgada de lo solidario en todo su espectro y un rechazo al egoísmo miserable.  Es un momento muy delicado donde actores, actrices, directores, técnicos, docentes y talleristas están sin trabajo, y para muchos es su mayor fuente de ingresos. Es de suma importancia una comunión entre nosotros para hacer crecer el sector que tan castigado está en estos últimos tiempos.

¿Cuál es el reclamo del colectivo de teatristas local y quienes lo integran?

El colectivo está integrado por trabajadores y trabajadoras del quehacer teatral que tiene como propósito atender las diferentes necesidades que está sufriendo el sector, como el pedido urgente de volver al trabajo para poder sostenernos, la precarización laboral en la que se vive, la dignificación de la actividad, entre tantas, porque las necesidades del sector son muchas y variadas. Es importante aclarar que el colectivo está en pleno proceso de construcción y en este momento se están debatiendo sus bases para un mejor funcionamiento y perdurabilidad.

¿Cree que será posible una pronta reapertura de las salas culturales?

Veo un panorama incierto, en la cual las transformaciones serán inevitables. Sin lugar a dudas van a cambiar las temáticas, ciertas formas de convivencia y diferentes maneras de ver teatro porque nos va a costar mucho volver al codo a codo en la butaca.