Cara a cara con la luz mala en la zona “Mailín” en Cosquín.

Cara a cara con la luz mala en la zona “Mailín” en Cosquín.

Quienes visiten la zona de Cosquín o de Tanti no pueden dejar de recorrer los caminos serranos que muestran al visitante una serie interminable de paisajes serranos y atractivos turísticos.

Las localidades de Tanti y Cosquín, además de estar unidas por rutas provinciales, están unidas por un camino de sierras muy interesante que permite a los turistas visitar la capilla histórica de San José y el viejo cementerio San José  o deleitarse contemplando especies únicas de aves en la “cueva de los pajaritos”. Por ese camino además es elegido como prime de Rally mundial y de competencias zonales de dicho deporte motor.

Pero además de los paisajes el camino “San José” es dueño de muchas historias que tienen que ver con los misterios y los mitos de los habitantes de nuestras serranías.

Un habitante de General Cabrera, nativo de Cosquín, nos contó una historia que vivió hace algunos años que nunca podrá olvidar.

Junto a un amigo y el papá del amigo se dispusieron a salir a cazar vizcachas en una noche, aproximadamente en 1971; nuestro interlocutor recuerda hasta detalles de la noche que los marcó para siempre. Era final de la primavera o comienzo del verano ya que hacía calor , la noche estaba serena sin viento y estrellada.

Transitaron unos kilómetros por el camino de San José para luego girar hacia la derecha por un camino que los lugareños llaman “Mallin” en las proximidades donde hoy se levanta un complejo turístico.

El mayor del grupo llevaba el arma y una linterna de cuatro elementos muy común por aquellos años; mientras se adentraba en los cerros en búsqueda de alguna presa los dos más jóvenes se quedaron a la vera del camino hablando cosas intrascendentes hasta que sucedió lo inesperado.

De entre los árboles surgió una especie de bola de fuego que ellos describen como del tamaño de una pelota de fútbol, color rojizo con luz propia que se movía y ascendía. Al principio de asustaron pero luego decidieron observar el espectáculo único que tenían ante sus ojos; no había dudas de que estaban cara a cara con un fenómeno que nuestros abuelos llamaban “la luz mala”.

Un dato que nos llamó la atención, la descripción de este fenómeno es muy parecida a la que nos dio un trabajador rural de la zona de Punta del Agua para otra nota; en este caso decía que la bola de fuego se parecía a el sol con algo de humo en los días de incendios en las sierras.

Volviendo al relato en la zona de Cosquín; los amigos calculaban en la oscuridad de la noche que la bola de fuego estaba a unos 300 metros de distancia y se adentraron en las sierras con la intención de quedar cara a cara con “el farol de mandinga” pero mientras más caminaban parecía que la distancia entre la luz extraña y ellos era siempre la misma.

Cuando notaron que ya habían caminado mucho y veían que el tercer cazador con la linterna retornaba al vehículo decidieron regresar ante el temor de perderse entre los cerros; pero nunca olvidarán la noche que vieron a la famosa “luz mala”.

En el noroeste argentino también se le da el nombre de luz mala al «farol de Mandinga», fosforescencia que suele verse en cerros y quebradas durante los meses más secos, después de ponerse el Sol. Se asegura que el farol de Mandinga aparece en lugares en los que hay enterrados tesoros de oro y plata, y que la luz es el espíritu del antiguo dueño tratando de alejar del lugar a los extraños.

En la actualidad se acepta que el mito tiene su origen en el fenómeno real del fuego fatuo, fosforescencia producida por la descomposición de materias orgánicas sobre el suelo o enterradas a poca profundidad.

También puede ser la resultante de la luz de la Luna en los huesos de vacas muertas en el campo. Al reflejarse en el medio de la noche produce un efecto de luz que es interpretado por la gente de los alrededores como algo sobrenatural, que termina siendo refutado al llegar al lugar de la luz. Normalmente la gente se aleja o realiza ritos populares evitando acercarse. Además no es el mismo el efecto que se produce a distancia, por lo que a medida que uno se acerca puede que la reflexión se vea de manera distinta. Los lugareños al acercarse veían el animal ya sin vida, cuya muerte era atribuida a la luz mala, he aquí el porqué de la imagen siniestra de tal acontecimiento.

Tal vez la luz mala sea sólo un mito contado de generación en generación, pero usted que está leyendo este texto de noche, se anima a mirar por la ventana???.