Falleció Luis Galván, un campeón del mundo de los de antes
Fútbol cordobés de luto: falleció el campeón del mundo Luis Galván
En su Santiago del Estero natal se festejó tanto la copa del mundo como en Córdoba (su provincia adoptiva) y en toda la Argentina. Ese ídolo de Talleres, murió a los 77 años y dejó en el plano terrenal un inmenso legado. Se encontraba internado inicialmente por una neumonía, que culminó con complicaciones cardíacas.
Galván fue un ídolo del Matador y fue uno de los estandartes de una de las mejores épocas del club de Barrio Jardín en los años 70. Además, es el que más jugó en la T, con 503 partidos disputados.
Luis Adolfo Galván nació el 24 de febrero de 1948, en Fernández, una pequeña localidad del interior santiagueño. Sus orígenes fueron humildes, no obstante en base a un notable sacrificio, el exfutbolista terminó el secundario y se recibió como maestro a los 20 años.
Ese “Maestro” que ostentaba el récord de mayor cantidad de partidos vistiendo la camiseta de Talleres. Ese que fue un verdadero gladiador en la final del Mundo con Holanda. Simplemente, un hombre con todas las letras.
César Luis Menotti siempre lo colmó de elogios
Debutó en Independiente de su ciudad natal, no obstante al tiempo recaló en la Docta, más precisamente en Talleres en 1970, luego de un paso por Unión de Santiago del Estero. Una vez Córdoba, la ciudad y la provincia lo adoptó como uno más. En sus comienzos en la “T” además trabajaba en la automotríz Fiat, aunque cuando el club de Barrio Jardín comenzó a pisar fuerte en el país, se dedicó exclusivamente a jugar.
El presidente Amadeo Nuccetelli era quien estaba a cargo de los destinos de uno de los clubes más poderosos del interior del país. Talleres estuvo a punto de alcanzar la gloria en la recordada final del Nacional 77 con Independiente, el 25 de enero de 1978. Fue un insólito traspié en el que el Matador ganaba 2 a 1 de local, con tres jugadores más, y le empataron el partido.
Pero el buen defensor, además de ser ídolo en la T, Galván se erigió como uno de los puntales en la obtención del campeonato del mundo de Argentina 78. Las actuaciones del Maestro fueron de menor a mayor, aunque resultaron entre las más regulares del plantel.
Con el número “7” en la espalda por su orden alfabético en el plantel, fue titular en todos los partidos y no salió ni un minuto. Sin ser un defensor alto ya que no sobrepasaba el metro setenta y cinco de estatura, tenía buen juego aéreo y se caracterizaba por anticipar antes que por pegar. Tenía una salida prolija desde el piso, con cabeza levantada, aunque no escatimaba a la hora de barrer y recuperar la pelota sin falta.
Cuatro años después, Luis jugaría su segundo Mundial, en España, aunque la suerte fue distinta y Argentina quedó eliminada en segunda ronda. Luis se desempeñaba como profesor en las escuelas de fútbol de Talleres. Seguía enseñando a los chicos, tal como lo hacía cuando se calzaba el guardapolvo e iba en bici a dar clases a un pueblito rural de Santiago del Estero. Aunque merecería más reconocimiento que dos estatuas en su honor, una en su pueblo y otra en el Estadio Madre de Ciudades, siempre será el “Maestro”.
Un fenómeno de todo el campo contra Holanda
El pueblo cordobés, y no sólo el de la T llora este día extraño, al que fuera un campeón del mundo que se floreó junto a sus compañeros Mario Alberto Kempes, Fillol, Housemann, Luque, Tarantini, Villa y el otro cordobés Osvaldo Ardiles…¡seguí cabeceando y anticipándote en el cielo GRAN CAMPEÓN!