La leyenda del maíz y del Dios Quetzalcóatl, la Serpiente Emplumada
La leyenda del maíz y del Dios Quetzalcóatl, la Serpiente Emplumada

La leyenda del maíz y del Dios Quetzalcóatl, la Serpiente Emplumada

Por Rubén Omar Scollo

 

En México el maíz es uno de los alimentos principales para la dieta de los hermanos del norte. De acuerdo a  una antigua leyenda, fue el dios Quetzalcóatl, quien luego de  demasiadas dificultades, consiguió para los mexicas la preciada semilla de dicha planta.

Previo a que esta deidad  llegase, los aztecas sólo comían los animales que podían cazar así como insectos y raíces. Sin embargo, nadie disfrutaba los alimentos por completo, sentían que algo les faltaba.

Por otra parte la situación los dejaba sin alimentos  cuando los animales no podían ser atrapados o cazados y las plantas dejaban de crecer. Entonces, a pesar de los esfuerzos de la gente, las comidas se volvían más desabridas y tristes. Por esa época existía un profundo  rumor que, entre las montañas, existía una planta de frutos dorados y luminosos que los podría alimentar para siempre.

Algunos valientes se aventuraron para tratar de conseguirla pero les fue imposible. Luego de intentos fallidos, los habitantes suplicaron ayuda a los dioses. Aquellas entidades acudieron a su llamado pero ni toda su fuerza resultó suficiente para atravesar las montañas. Entonces, Quetzalcóatl se enteró y debido a su amor por el hombre, se dispuso a ayudarlos. Ese dios tan influyente, hizo lo contrario  al resto de los dioses, y por lo tanto no intentó mover las montañas. Sólo se inclinó para apropiarse de  otro recurso: la inteligencia. De esta manera, la Serpiente Emplumada comenzó a meditar cómo haría para conseguir aquel alimento. Así pasó algún tiempo hasta que Quetzalcóatl observó a una pequeña hormiga que cargaba uno de aquellos preciosos granos. En ese momento decidió interrogarla. Esta era amable y buena así que le habló del camino que debía atravesar para conseguir una semilla. Poco a poco se hicieron amigos.

Más tarde, la deidad le pidió a la hormiga que lo guiara para encontrar el maíz y el pequeño insecto accedió sin inconveniente alguno. No obstante, el camino no podía ser transitado por entidades de gran tamaño así que Quetzalcóatl decidió convertirse en hormiga y emprender la odisea.

Según la leyenda, para llegar al lugar donde se encontraba el maíz, la Serpiente Emplumada tuvo que atravesar muchas dificultades. Se enfrentó a depredadores, a las fuertes lluvias e incluso a la posibilidad de ser pisado por algún animal descuidado. Sin embargo, quería tanto a su pueblo que ni siquiera pensó en rendirse o dar marcha atrás.

En una verdadera odisea y obteniendo un excelente resultado, Quetzalcóatl regreso con los aztecas y les entregó la preciosa semilla dorada. A partir de ese momento, su gente la cultivó con cuidado y esmero. Y, desde entonces, el maíz no solo transformó para siempre la gastronomía mexica sino que, con el paso del tiempo, se convirtió en una parte indispensable y característica de la  identidad de los mexicanos. (Información brindada por el medio colega de Distrito Federal, Magazine de México)