Papelón a la brasileña con tufillo político
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Papelón a la brasileña con tufillo político

Papelón a la brasileña con tufillo político

Circo a la brasileña que empaña el clásico de Sudamérica en las eliminatorias

Según ANVISA: "Argentina falseó la información y no acató las normas"

 

Por Rubén Omar Scollo

 

 

“Cuatro jugadores argentinos falsearon la información” aseguró Antonio  Torres director de ANVISA, organismo del Estado brasileño que intervino para que el partido se suspendiera. Los cuatro minutos disputados del encuentro  entre Argentina y Brasil, el  superclásico sudamericano por excelencia, orillaron la vergüenza, el desatino, lo lamentable. Y Sudamérica fue otra vez blanco de situaciones sucias por el accionar de las internas entre organismos y gobiernos.

De acuerdo a lo expresado tanto por Messi como por Scaloni frente al técnico Tite, Neymar y Casemiro dentro del campo de juego luego que decidieran suspender el partido (también estaba presente un funcionario de ANVISA):   “nosotros estuvimos tres días… ¡Y ahora deciden entrar para que no se juegue el partido! " .Nuevamente la política se introduce en las cuestiones deportivas, nuevamente es Brasil el país que se encarga de perjudicar al futbol argentino. Ya había pasado con Boca Juniors, equipo que ganó los dos partidos contra Atlético Mineiro y debido a la “participación” del VAR le fueron anulados goles en Argentina y en Brasil. No es la primera vez que retienen a jugadores argentinos en aeropuertos brasileños (ocurrió en varias oportunidades). No es la primera vez, que hinchas locales hostigan con bombas las concentraciones de conjuntos nacionales.

Jair Bolsonaro había asegurado que “los jugadores argentinos que habían falsificado informaciones debían ser castigados”… ¿Por qué?...Si la Conmebol y la FIFA (que son organismos que incurren frecuentemente con actitudes y determinaciones bochornosas), ellos, los que definen los destinos del futbol mundial, esta vez, habían autorizado a que se jugase el partido con la inclusión del arquero Emiliano Martínez, de Giovanni Lo Celso, del cordobés Cuti Romero y de Emiliano Buendía, los que venían de Reino Unido.

¿Fue otro pase de factura por haber perdido la Copa América? ¿Otra desprolijidad con doble sentido que conspiró contra un encuentro en el que Brasil llegaba con siete bajas importantes? Nadie lo sabe a ciencia cierta, pero existen dudas, incoordinaciones, deficiencias e inconciencia. Y todo eso vuelve a empañar al noble deporte, todo eso vuelve a colocar un manto de dudas en lo que “pudiera afectar a un equipo brasileño que dispute un encuentro en esas tierras”.

Hace pocos minutos se conoció otro comunicado de la Conmebol que si bien reconoce que  “el partido fue autorizado por ese organismo con la inclusión de los cuatro jugadores argentinos cuestionados”, la decisión a partir de ahora correría por cuenta de la FIFA. En verdad, vergüenza, falta de respeto al público del mundo, al deporte en sí. Hasta la Confederación Brasileña de Fútbol coincide con anomalías del estado brasileño reconociendo que “el futbol no debiera pasar por estas situaciones que ya estaban solucionadas y habilitadas para el normal desenvolvimiento y el desarrollo del partido”

En medio de todo ese enjambre de hechos críticos y polémicos, siempre cuando es Brasil el centro de los espectáculos, se tienden telarañas tramposas. Gianni Infantino declaró que “el partido debió haberse jugado”. La resultante de lo ocurrido será tomada por la propia FIFA, pero estando “el país hermano” en el medio, las decisiones pudieran rozar el absurdo. Medios de Sudamérica (incluidos los brasileños) y europeos, no interpretan lo hecho por el organismo sanitario contralor del país local. ¡Pero bueno! Lo que sucederá, nadie lo sabe. Porque cuando a la política (en el país de Bolsonaro) la unifican con el deporte, todo huele mal. Lamentable, gracias que a esta hora (alrededor de las 20 de Argentina) los jugadores pueden ir al aeropuerto. Falsificaciones o no, las incorrecciones parten más del lado verde amarillo que de  los de nuestro país. Claro está que Antonio Torres, director de ANVISA, argumentó sus decisiones con puras contradicciones, simplemente al expresar que “los jugadores debían ser deportados o se debieron retirar luego de finalizado el primer tiempo”. Y la pregunta que surge es: “si al entrar al país ya se sabía… ¿qué sucedió que actuaron a los cinco minutos de comenzado el partido? ¿Circo, delirio, pasada de factura por algo en especial? Cruces de informaciones y de declaraciones entre argentinos y brasileños que lo único que hacen es empañar aún más, a este bello deporte.