¿Qué dirá ese epitafio?

¿Qué dirá ese epitafio?

Soy Desyderius Erasmus, hijo del renacimiento. Época en la que tomamos los tabúes y los domesticamos para convertirlos en decisiones individuales. El sexo y la muerte: Dos de los tabúes mas oscuros de los humanos que aún no renacieron.


Sexo y muerte: Dos de los desvelos humanos que se pueden leer en los epitafios paganos, que fueron un verdadero género literario antes de que ambos se convirtieran en pecados. ¿Porqué la vida en otro plano dependería de la que alguien tuvo en este? ¿Porqué sería el sexo en la tierra una condena al fuego eterno, después de muerto? ¿Por qué los valores (y las acciones) de los humanos en un momento tan pequeño de la historia, como es el efímero paso por la vida, condenarían a alguien por toda la eternidad? Estos son el tipo de preguntas que en mi época está prohibido formular, por eso, la muerte y el sexo son tabúes. Y por eso es posible que yo, Desyderius Erasmus, sea un hereje.


El epitafio es terrenal. Puede haberlo escrito el muerto antes de morir, en tal caso manifiesta la manera en que quiere el que ya se fue, que lo recuerden los que se quedaron y los que vengan después. O escrito por los que quedaron, para recordar alguna parte del que se fue. Porque muerte y sexo, son perplejidades completamente terrenales.


No hay que pedir verdad a un epitafio, pues la Verdad es una ambición terrena, de insignificantes mortales con vocación de eternidad y completitud. Puede pedírsele sabiduría, pero sería muy presuntuoso ambicionar en él conocimiento.


¿Qué dirá ese epitafio? ¿Cómo quiere el muerto ser recordado? ¿Cómo quieren los vivos que sea recordado su difunto? ¿O preferirán un olvido misericordioso, para que mortales cercanos y no tan cercanos al difunto pongan sobre su memoria un manto de piedad (siempre necesario), y de hipocresía para con los que quedan vivos (siempre inevitable) para poder seguir viviendo en la tierra, con nuestros tabúes y nuestras abrumadoras finitudes?