Rituales y forma de vida de los sanavirones en Córdoba

Rituales y forma de vida de los sanavirones en Córdoba

La vida de los sanavirones

 

Por Rubén Scollo

 

Los sanavirones que se establecieron en la provincia de Córdoba entre los siglos XV y XVI, utilizaban sistemas andinos de cultivos, a los que complementaron con la caza, pesca y la recolección de frutos. Entre las armas utilizadas por los mismos, se destaca la macana, que era una especie de garrote triangular con punta en un extremo, también usado como elemento de defensa personal en las guerras indígenas. Sus viviendas eran grandes chozas colectivas (habitadas por más de una decena de individuos) de ramas y zacate.Las numerosas excavaciones realizadas sacaron a la luz bellos trabajos de alfarería que ponían de manifiesto dos tipos de cerámica: una negra grisácea y otra grabada.

Los sanavirones vivieron en casas muy grandes donde cabían hasta quince soldados con sus respectivos caballos. Se construían con materias vegetales y cada una albergaba a varias familias. Dentro de la gama de sus vestimentas preferidas, vale citar a sus camiseta de lana, con guardas, y como abrigo un poncho tejido; usaban el cuero en las prendas y en la vivienda. Aunque su territorio nunca estuvo dominado por el Tahuantinsuyu, los sanavirones adoptaron mucho del léxico quechua tras 1480, un motivo para ello probablemente fue la existencia entre ellos de cautivas que hablaban dicha lengua.

Acerca de sus apetencias  religiosas  poco se sabe, aunque, pudiera afirmarse que  en religión tenían pocos ritos; habrían poseído la noción de un alto dios confundible con el Sol; practicaban la magia y las danzas rituales, de origen amazónico, como se advierte en las pinturas rupestres, en las que el hechicero hacia uso del fruto del cebil como droga narcotizante; el cebil pulverizado era tomado por la nariz y los trabajos arqueológicos han encontrado tabletas de piedra que se utilizaban para molerlo y ofrecerlo.

Los muertos eran enterrados en posición acurrucada, tal vez envueltos en un cuero; se hallaron recipientes de barro que pudieron haber contenido restos de párvulos; pero no hay pruebas de que enterrasen a sus niños en urnas como hacían otras etnias; en cambio lo harían en pequeñas cámaras sepulcrales.