Un “vampiro” la desaparición de una niña hace 83 años en Córdoba
Un “vampiro” la desaparición de una niña hace 83 años en Córdoba

Un “vampiro” la desaparición de una niña hace 83 años en Córdoba

Pasan los años, y la desaparición de Marta Ofelia Stutz, de 9 años, es uno de los enigmas sin resolver de la Ciudad de Córdoba Capital que a pesar del paso del tiempo sigue intrigando a sus habitantes.

Sábado 19 de noviembre de 1938, Martita había ido a la escuela Carbó al acto de fin de clases y de regreso a casa le pidió 20 centavos a su mamá para comprar la Revista Billiken. Vivía en el Barrio San Martín donde en esa época se levantaba la cárcel, un sector sumamente tranquilo de la Ciudad; a unas pocas cuadras  tenía al kiosco Martita tenía un vestido azul, de cuello y puños rojos y un moño blanco en la cabeza.… Pero jamás regresó.

El padre de la niña desaparecida, Arnoldo, era un oficinista de ascendencia suiza y la mamá, ama de casa María Eudora Ceballos, a quien todos conocían como Lola.

Ante la desesperada búsqueda de la familia; el quiosquero, Manuel Cardozo, dijo que le había vendido la revista y que la había visto cruzar la calle y alejarse.

Más allá de la desesperación de la familia, el barrio seguía su ritmo habitual, en ese día había por allí muchas personas vinculadas a la política ya que Don Amadeo Sabattini era Gobernador e iba a inaugurar una obra en el sector.

La búsqueda fue intensa, se revisó cada rincón de la Ciudad; hubo pistas que no condujeron a nada. Alguien aseguró que había visto a la niña que era llevada de la mano por una mujer rubia y que ambas se subían a un vehículo color verde, con techo blanco. Y por otro lado la policía detuvo por unas horas a un tal Domingo Sabattino, una persona con antecedentes, a quien se había visto por la zona.

Hubo otras pistas, un posible paso por la casa de una “abortera” y hasta un horno de cal cuyo dueño recibió tantos “palazos” de la Policía para que confesara el crimen que lo habría llevado a la muerte.

De inmediato los medios de comunicación de Córdoba y del País hablaron del tema; la revista Caras y Caretas, en tanto, aseguraba: “Existen las más variadas hipótesis sobre el móvil del hecho, quedando en pie la que le atribuye a la mafia, siniestra organización que parece haber arraigado en nuestro medio”.

La pista más alocada conducía al llamado “vampiro de Córdoba” , un agrónomo  de nombre  Antonio Suárez Zabala; quien fue vinculado en la causa por una prostituta que decía que Antonio la intentó contratar para secuestrar a la niña. El hombre fue detenido y la Policía nunca encontró pruebas en su contra, aunque hasta su muerte cargó con la condena social que decía que se trataba del “vampiro de Córdoba” que se alimentaba de la sangre de las niñas que secuestraba.

El hombre vampiro en 1941 fue condenado a 17 años de prisión por proxeneta. Dos años después, el caso ,  llegó a la Cámara, que lo dejó libre por falta de pruebas. Entre Mendoza y Chile se perdió su rastro.

Antonio, el vampiro, era hermano de Francisco Suárez Zabala, el farmacéutico inventor del Geniol. Hubo versiones que sostenían que él ayudó a que el cuerpo de Martita fuera trasladado a una estancia en Bragado donde hasta la actualidad  la niña aparecería como un “fantasma”.

Tal vez el fantasma de la niña en Bragado y el vampiro de Córdoba no existan, pero usted se atreve a visitar ese lugar…

Fuentes de información y Fotos: Infobae, La Nación y  Esteban Dómina.