Amy Winehouse, una voz de fuego y lágrimas

Amy Winehouse, una voz de fuego y lágrimas

Por Leandro Quiroga. Especial para CodigoCBA

Un 23 de julio de 2011 Amy Winehouse era encontrada sin vida en su casa. La cantante había fallecido de una intoxición alcohólica.

Sus últimos meses de su vida fueron tremendamente tumultuosos, con escándalos mediáticos y shows fallidos entre otras cosas a causa de su adicción que se sumaba a un cuadro severo de depresión.

Su muerte a los 27 años la terminó de poner a la altura de un mito de la música, su final trágico la igualó a figuras como Jim Morrison o Kurt Cobain. Muchas veces los artistas famosos muertos a tan joven edad son usados para “romantizar el dolor”.

Es muy difundido el discurso de que los grandes artistas necesitan sufrir para crear. Cuando tal vez en verdad lo que sucede es que los genios producen grandes obras a pesar del dolor y no gracias a él. Amy poseía una voz con un registro acústicamente poderoso que le servía para expresar con claridad las emociones de las canciones que ella misma había escrito y compuesto. Los principales géneros en los que se destacó fueron el Jazz, R&b, Soul y el Ska.

Parecía una estrella pop de otras épocas en términos musicales y estéticos, fue parte de la ola “retro”de principio de los 2000 (después de ella la industria musical impulsó una enorme cantidad de artistas que se pueden calificar como copias mas dóciles de ella).

Para cualquiera que se quiera iniciar en la escucha de Amy Winehouse tiene “Back to Black” (2006) que posee grandes canciones que convirtieron en clásicos instantaneos como 2Rehab” o “Back to Black”.

Aunque desde ya es recomendable toda su discografía, además de sus recitales y colaboraciones con otros artistas. Al escuchar la voz de esta inmensa cantante británica uno se maravilla ante su profundidad y belleza. Porque la voz de Amy Winehouse, como la de su admirada Ella Fitzgerald, está compuesta del fuego propio de las pasiones descontroladas y de las lágrimas que generan los golpes de la vida.