Radicales, entre renegados y conversos

Radicales, entre renegados y conversos

El término «converso» aunque tenga un origen religioso, en nuestros días identifica también a los profesionales del oportunismo político que han cambiado de ideología, no a consecuencia de la evolución personal, sino del cálculo. El converso, sabe que se ha rendido ante el poder como Judas Iscariote, aunque no quiere terminar en el infierno.

POR ARISTOBULO GONZALEZ

"¿Te das cuenta, Benjamín? El tipo puede cambiar de todo: de cara, de casa, de familia, de novia, de religión, de Dios..., pero hay una cosa que no puede cambiar, Benjamín: no puede cambiar de pasión”. La frase pertenece al  actor Guillermo Francella  en la película “El secreto de sus ojos”, ganadora del Oscar a la mejor película extranjera. Y aunque en ese caso alude al fútbol, específicamente a un prófugo hincha de Racing, la política podría ser un caso muy cercano, donde esta lógica también entra en juego, sobre todo cuando el cambio es entre veredas ideológicamente distintas.

Las recriminaciones en la UCR  por la pésima elección efectuada no se han agotado, más aún, pareciere que recién comienza. Dias pasados se produjo un fuerte cruce entre dos dirigente de la UCR, Marcos Carasso y  el concejal electo por la ciudad de Córdoba Javier Fabre, lo que mostró el nivel de discrepancias que existen en el partido tras los comicios provinciales y capitalinos. Fabre le atribuyó a Carasso haber sido el peor presidente de la historia del radicalismo aconsejando que debería renunciar apenas terminada la elección presidencial (...) y  “si te queda algo de dignidad, pedí la renuncia y disculpas a los radicales por los papelones electorales”; las afrentas continuaron a través de las redes como chismes de conventillo, que es a lo que parece haberse convertido la UCR desde un tiempo a esta parte.

La UCR se encuentra en estado de ebullición, producto del manejo interno de sus autoridades, a quienes los afiliados  le atribuyen haber provocado dos derrotas consecutivas en la provincia y en la ciudad de Córdoba, ello sumado a la renuncia del Legislador Orlando Arduh y su incorporación a las  filas del oficialismo. Arduh al haber renunciado a la UCR le impide al partido su expulsión como afiliado. Otros, como Myrian Prunotto se encuentran en una situación de incertidumbre ante la posibilidad de su remoción. De nada vale castigar a alguien solo porque ha resuelto elegir otro camino político. Su evasión ideológica al renegar de la doctrina de su partido, es una forma de purificar el ambiente sin necesidad de tirarlos a la hoguera como si fuere un hereje. Un caso distinto es el despliegue para cooptar a los opositores que el oficialismo cordobesista desarrolla ante los dirigentes rivales. Ello es casi una obscenidad política.

El propio LLaryora les anunció a los futuros intendentes radicales electos, que Arduh será una pieza clave en el Ministerio de Gobierno de su futura administración. De a poco, el próximo titular del Poder Ejecutivo muestra algunos indicios que articulará para los próximos cuatro años de mandato. En el lenguaje llano de la política, esto supone que los intendentes radicales, ya saben qué puerta hay que tocar en el Panal a partir del 10 de diciembre, y nadie ignora el costo que ello implica. La UCR, envió una nota al gobierno donde expresa el malestar que esta invitación generó, acusando al oficialismo de buscar fragmentar a la oposición. Todos los intendentes radicales están transitando el camino de los conversos.

En nuestros días, aunque tenga un origen religioso, el término «converso» identifica también a los políticos que han cambiado de ideología o de partido  no a consecuencia de la evolución personal y de la experiencia, sino del cálculo. El converso se mira en el espejo de la simplicidad. Este fenómeno se evidencia a lo largo de la historia; los llamados cristianos viejos denominaran marranos a los judíos que se convertían al cristianismo en alusión al cerdo prohibido.

Esos creyentes reconvertidos desarrollaron un celo excesivo en defensa de su nueva religión, que la historia ha calificado como la fe del converso; no es nada nuevo: esos conversos, siempre se aproximan al poder. En Italia, tras la guerra, los fascistas se escondieron en sus madrigueras pero los que pudieron, salieron de nuevo a las calles  como si hubieran formado parte de la resistencia. En España, algo parecido ocurrió  con el rey Juan Carlos de Borbón, que elogiaba sin reparos al dictador Franco, fue expuesto después como un decidido partidario de la libertad y la democracia española.

Estos fenómenos que, en la UCR de Córdoba están por investigar, condensa una actitud que si bien no es nueva, al menos, continúa sorprendiendo. Cada uno tiene sus propios conversos en la memoria. Así  su inteligencia radica en su adaptación a la realidad, en su comprensión del momento histórico, en su olfato para saber dónde está el caballo ganador. Es hábil, y audaz.  La ejemplaridad de la figura del converso está en su propia trayectoria, y su lucidez nace del atento examen de la realidad. Busca el éxito y nada mejor para ello que asociarse con los  que disponen de los resortes del poder. El converso, sabe que se ha rendido ante el poder como Judas Iscariote, pero no quiere terminar en el infierno.